Especial reseñas: discos que se iban a quedar en el tintero (I)

discos-2014

Otro año más llegamos a ras para comentar de pasada discos casi quedan olvidados en un rincón y que así tienen la posibilidad de entrar en lista. En general se merecen un tratamiento más extenso, pero, ay, no damos para más, así que perdonarnos. Y por supuesto muchos se quedan por reseñar. Es lo que tiene la vida con internet: hay tantas posibilidades que nunca se puede abarcar todo. Y frustra, mucho.

Young Fathers – DEAD

El trío escocés cuenta con una carrera meteórica desde sus inicios hace unos 6 años basada en la filosofía del ‘se han hecho a sí mismos’. Tras varios CDr, casetes y material promocional –todavía los grupos se dan a conocer así- saltaron al sello americano Anticon, sello que, por cierto, no ha parado desde hace 15 años de sacar una envidiable ristra de material basado en la experimentación en el hip hop. Los escoceses no necesitan armarse de aparatología ni de arreglos sobrenaturales para expresar en un disco hip hop que suena a barrio y a música negra que ahonda en los orígenes sin dejar de lado la experimentación. Merecido Mercury Prize por su sonido arriesgado pero a su vez accesible; una propuesta honesta con el hip hop y acertada en la ejecución.

Puntuación: 8,5

Peaking Lights – Cosmic Logic

Tengo serias dudas de si el matrimonio siguen molando. Los americanos se mueven en el terreno de lo moderno y no moderno, sobre todo desde este último esfuerzo discográfico, donde han dado un pequeño giro a su propuesta, convirtiéndola más synth pop y bailonga. En aras de reinventarse y no dejar pasar de largo su abrupta fama (fama «indie», se entiende), no dejan de ser ese grupo psicodélico molón que con su propuesta dub se había metido extrañamente en nuestros reproductores. Siguen con su filosofía DIY -algo que agradecemos- y sus ritmos mántricos, todo queda en familia (marido y mujer) y tras meterse en Domino, su música es un agradable paseo donde se puede ver el calor de hogar y el del estudio. Todo muy acogedor, sí señor. Aquí, por cierto, podéis leer la crónica de su concierto en Madrid.

Puntuación: 7,5

Les Sins – Michael

El bueno de Chaz Bundick aka Toro y Moi llevaba un tiempo escondido tras este pseudónimo bajo el cobijo del sello de Caribou hasta que se ha lanzado a dar el gran paso. Tras un par de singles, el amor de Chaz por los sonidos de club han dado como resultado su ‘debut’. A estas alturas el chico no tiene que demostrar nada musicalmente hablando, y el músico con pinta de intelectualoide vuelve a hablarnos de unos temas con influencias variopintas, entre las que destaca el deep house y los breaks de los 90 en un ensamblaje perfecto a nivel técnico que engancha en su escucha. Pepinazos como Brother  o Talk about son indiscutibles, y aunque no sea un disco para echarse al bolsillo, nos gusta todo lo que toca Chaz, que lo convierte en algo naif, accesible, elegante y hasta con sentido del humor.

Puntuación: 7

Arca – Xen

El venezolano Arca parece ser el productor de moda desde que público su &&&&&, ya que a día de hoy está trabajando en lo próximo de Björk y produce a FKA Twigs. Así como Burial nos dejó boquiabiertos con su post-dubstep, Arca está llamado a ser el próximo gurú de los productores electrónicos de nueva generación que no dejan de investigar sobre las posibilidades de las máquinas y los ritmos cortantes y cortados. Lo cierto es que Arca enseguida capta tu atención y sus intrincadas estructuras pueden resultar hasta sexy como en el single Thievery. Las influencias se entremezclan  y confunden, los ritmos se detienen, se aceleran, se convierten en bass music, dubstep, clásica contemporánea, folk psychodélico extremo, se vuelven estridentes y delicados, etc. Eso sí, es recomendable repartir en varias escuchas para que el conjunto, aunque pretenda ser variado, no resulte denso.

Puntuación: 8

Ariel Pink – pom pom

A Pink no solo se le va la cabeza en sus declaraciones, también en sus discos, y este álbum es su más claro ejemplo. Gracias a Dios. Todo parece una gran broma y/o parodia donde cabe todo tipo de frikadas, sátira, humor y mala leche. Hasta en temazos supuestamente dramáticos como Picture me gone, si se atiende a la letra se da uno cuenta de que el rubio se está riendo de todo y todos. Y nos encanta, porque además de unas letras enrevesadas que no por su tono pecan de livianas, músicalmente lo da todo, con cambios de ritmos alocados, samples acertadísimos, juegos de voces disparatados, melodías infecciosas, instrumentación cuidada y variada, etc. El single Put your number in the phone es un gran tema, pero más «normal», porque no adelantaba lo que realmente llegaría: un desfase donde aparte de calar (aunque no todos lo perciban), entretiene igual que un disco de, yo qué sé, Britney. Maravillosa enajenación.

Puntuación: 8,5

Avey Tare’s Slasher Flicks – Enter the Slasher House

Puede que Avey Tare no tenga el tirón de crítica y público de su compañero Panda Bear, pero con este nuevo proyecto que no quepa duda de que se trata de otro maestro de la música que se sale de la maceta, que no obstante tampoco le hace ascos a estribillos ganadores. Vamos, como en su banda madre. Este disco es un ejercicio de exceso que no todo el mundo soportará, incluso fans de Animal Collective. Es como un disco de estos pero hasta arriba de speed, al menos en buena medida (Strange colores, A sender, Your card, Blind babe), haciendo gala de una producción menos sofisticada y más ruda, aunque mantiene el colorismo sonoro. Quizás le falte el toque de genialidad del trío (sí, hay mucha comparación, pero resulta inevitable por origen y estilo), pero tampoco queremos que este proyecto se quede en una mera anécdota. No siempre se puede desfasar a tan alto nivel, y él nos lo permite.

Puntuación: 7,8

Merely – Nirvana

Del sello Sincererly Yours están saliendo propuestas la mar de excitantes. Esta sueca es su «popstar» de cabecera, si ese calificativo tan reduccionista se le puede aplicar. Podría formar parte de la escuela de la última iamamiwhoami, por el tono místico y su producción blanca y pulida. Sin embargo aquí la armonía se rompe gracias a arreglos más estridentes o bases de contundencia casi bailable, mezclado con un sonido en suspensión, más cercano al dream pop. Como si Enya hubiera llamado a productores más contemporáneos y se «popizara», manteniendo su carácter más emotivo y etéreo. Incluso se la podría catalogar como una obra «bigger than life», lo que para muchos ya es un motivo mayor para darle una oportunidad. Uno de los discos del año, también en lo que se refiere a potencial comercial (a un nivel FKA Twigs, no de Taylor Swift), y pocos se han enterado, incluyendo los medios. Una pena.

Puntuación: 8,3

Team Rockit – Neo Bahamut

Del sello Sincererly Yours también tenemos a esta banda que canta en sueco y que por momentos roza el desfase más absoluto. Entre el EP y disco (son 15 cortes, pero solo 26 minutos), aquí cabe de todo: dream pop de gelatinosa textura, hip-hop que recuerda a la agresividad de los Die Antwoord más luminosos, synth pop estilo CEO (compañero de sello), r’n’b de corte ambient, magreos bakalas, ráfagas de world music, arpas por aquí, gaitas por allá, etc. Un caos, pero en el mejor de los sentidos, cuajando todo la mar de bien. Y a muchos el nombre de del álbum les sonará a la saga Final Fantasy, y efectivamente: solo hay que escuchar los efectos de sonido que corresponden a los menús del juego, y hasta la portada podría ser una versión mecánica del gran dragón. Se desconoce si las letras guardan algún tipo de relación. Un misterio. Sea como sea, una frikada de tomo y lomo.

Puntuación: 8,2

Ciudad Lineal – El Nuevo Hombre

Los barceloneses se colaron en nuestra lista de las 10 promesas del underground español no por casualidad. Poco a poco muchos van sacando ya sus LPs para seguir dando vida a la rica escena coldwave y postpunk española, que últimamente está bastante viva (El Último Vecino, Computadora, White Bats, etc). Las letras cobran un importante protagonismo en su obra, que consignan frases que impactan como puños en la cara y que remiten a la verdad sobre un futuro incierto, la industrialización del ser humano y el amor en blanco y negro. Todo ello con bases bailables, sintes y bajos ‘caseros’, algo de oscuridad y unas voces poderosas, que hacen de este disco una delicia para dejarse llevar en una casa okupa, en tu propia casa o en la sala de conciertos.

Puntuación: 8

Labirynth Ear – The Orchid Room

Ganas teníamos de este debut de los ingleses desde que vinieron al primer Valle Eléctrico cuando solo contaban con 2 Eps en su carrera. Ya les vimos las trazas y ansiábamos su debut. Y vemos que muchas más han sabido apreciar su delicado interior ya que en septiembre se ha reeditado como deluxe con remezclas inéditas, lo que no todo el mundo se permite. El dúo maneja los aparatos con delicadeza y mimo y susurran canciones envueltas en máquinas que tratan como si fueran un mismísimo ser humano; todo ello regado con la delicada voz de Emily, que más que mostrar un producto ñoño y aburrido, saben colocar cada cosa en sus sitio para que resulte embriagador, delicado pero con carácter.

Puntuación: 8,5

cicuéndez & jarto

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