Lo que queremos (y lo que no) del nuevo disco de Björk
Tras un muermo como Biophilia, todos esperamos que su sucesor, anunciado ayer como Vulnicura, se erija como disco casi a la altura de su trilogía de los noventa. Bien complicado, pero de sueños también se vive. Por ello aquí tenéis lo que debe y no debe ser este nuevo trabajo de Björk comparándolo con sus anteriores obras. Evidentemente sería una locura que se cumpliesen todos estos requisitos, y con que tome algo de cada uno habrá que darse con un canto en los dientes.
Debut (1993)
La frescura y jovialidad de todo el conjunto, con la Björk más desenfadada (también con sus momentos de introspección, inocencia o drama). La falta de solemnidad y hasta pretenciosidad durante estos años. El toque bailable en algunos temas, que luego abandonó casi para siempre. El carácter pop en general, el más acusado de su carrera, entre lo pegadizo y experimental. Alguna salida de tono del estilo de cuando canta en los baños de la discoteca en There’s more to life than this.
Post (1995)
Una canción a la altura de Hyperballad, posiblemente su pico compositivo e interpretativo. Unos vídeos a la altura de sus maravillas visuales de esta época, y que recupere su amistad con Michel Gondry. Una mezcla de géneros y sonidos que de tan ecléctica se puede tildar de alocada (¿qué tiene que ver Army of me con I miss you?), pero que para nada chirría. Que cuente con una portada tan guay, aunque este factor se puede aplicar a los tres primeros discos.
Homogenic (1997)
Una producción que se mantenga moderna con el paso del tiempo, que no caduque a los cinco minutos. La mezcla entre electrónica y orquestación de himnos como Joga. Que en su tracklist haya canciones tan enormes como All is full of love y que surjan remezclas que como poco las igualen. De nuevo los vídeos y con Gondry (y si eso, Chris Cunningham). Algo tan jodidamente excesivo y estridente como Pluto. Una perfecta conjunción entre pop y vanguardia.
Vespertine (2001)
Una madurez que no deriva en aburrimiento o falta de riesgo. Una belleza plástica sonora que casi hasta se puede palpar como leitmotiv del álbum. Una vez más, que suene tan descaradamente moderno en cualquier contexto y año. A partir de este disco comienzan los consejos de lo que no debería ser, en este caso bastante poco ya que se trata de un gran trabajo: un conjunto menos espeso y más digerible.
Medulla (2004)
Que acojone al personal anunciando un disco extremo, en este caso formado casi exclusivamente por voces, y que luego resulte mucho más llevable de lo esperado. Siendo cuarentona (y ahora casi cincuentona) y con familia e hijos siga experimentando, sin quedarse estancada. En lo negativo: a pesar de no resultar tan insípido como se puede pensar, al final se echó de menos la magia de su pop avanzado y vanguardista de los noventa.
Volta (2007)
Tener a alguien tan mainstream como Timbaland produciendo pero que no suene (casi) a él y que además resulte todo un acierto. Juntarse con un talento tan enorme como aquí fue Anthony Hegarty. Que resulte ágil y entretenido. En lo negativo: ágil, pero a su vez que deje poso, que no acabe siendo tan liviano (a pesar de no pretender eso). Que no intente fusilar un icono en su discografía como Pluto para acabar como Declare independance.
Biophilia (2011)
Un concepto tan definido y que cada canción lo sepa reflejar a través de imágenes sonoras. Un disco de remezclas de lo más aparente. Que cuente con una parafernalia multimedia que otorgue mayor valor y contexto al álbum. En lo negativo: que vuelva a apostar por el entretenimiento sin descuidar su faceta más moderna y novedosa. Que no reniegue del pop; que no parezca una copia descafeinada de ella misma.
Respecto a lo que sabemos
Que a pesar de que el título dé pereza, destile cierto aroma pop, vanguardista, claro, aunque la producción de The Haxan Cloak no encaja con esta idea… Que a pesar de contar con Arca no recuerde a FKA Twigs, porque una cosa es que con Timbaland asumiéramos que no iba a sonar a Nelly Furtado, pero la inglesa es una clara seguidora de Björk, por lo que hay más peligro de plagio, lo que tendría más delito; porque ella tiene que generar modas, no seguirlas.