Top 10: los mejores vídeos de Madonna
Tras el estreno hace unos días del vídeo de Living for love, uno casi que prefiere volver a épocas pasadas donde las obras audiovisuales de Madonna eran auténticas virguerías estéticas y simbólicas. A ver, que un desastre tampoco es, pero incluso 4 minutes y Give all your luvin’ fueron trabajos más que estimables comparado con este nimiedad con ínfulas filosóficas (ya sabemos que eres muy profunda, tía). El caso, que hablando de la Ciccone cualquier tiempo pasado siempre fue mejor, y los vídeos no iban a ser una excepción, como bien demuestran estos diez, aunque evidentemente hay muchos más ejemplos a destacar (Vogue, Cherish, Hung up, Don’t tell me, Ray of light, Human nature…).
10. Bad girl (David Fincher, 1993)
Se trata de su vídeo más claramente cinematográfico, tanto que a veces parece más el tema principal de alguna de sus (horribles) películas. Brillantemente rodado, incluye además la presencia de populares actores como el gran Christopher Walken y un cameo de Matt Dillon (que posiblemente solo llamó para tirárselo). Fincher contaba con una reputada carrera dirigiendo clips, y a pesar de su denostado debut en cine, prefirió centrarse en él y este fue el último vídeo para ella.
9. Bedtime story (Mark Romanek, 1995)
A pesar de que los efectos especiales están bastante trasnochados a día de hoy, el vídeo esta trufado de interesantes,referencias artísticas y culturales, con llamativas imágenes como la de las bojas-ojos, el enorme girasol o las palomas saliendo de su vientre. En general la ambientación onírica está muy bien conseguida y casa a la perfección con este tema tan «björkiano» (ella lo co-escribió). Como curiosidad, en su momento fue el vídeo más caro de la historia.
8. Material girl (Mary Lambert, 1985)
Cómo coger un símbolo tan bigger than life como Marylin Monroe, adueñártelo y no hacer el ridículo (miedo da lo que sucedería si hiciese algo similar a día de hoy). Un clip perfecto para los dos planos de la canción: la que sirve de divertida oda al materialismo que en los ochenta estalló, o como crítica del mismo, manteniendo el equilibrio entre ambos. Al final se fastidia un poco por la historia de amor, pero el resto desprende tanta fuerza que es lo que realmente ha quedado para la posteridad.
7. Rain (Mark Romanek, 1993)
La mayoría de vídeos noventeros, sobre todo durante los primeros años, contaban con una textura de imagen muy reconocible y que a día de hoy chirría en exceso. En este caso el clip parece rodado en los 2000, gracias también a una dirección de arte muy chill adelantada a su tiempo, con preciosistas estampas que explotan con maestría el agua, la luz y el color (esos azules y morados eléctricos se incluyeron en posproducción). Nunca una obra visual basada en un making of resultó tan artística.
6. Justify my love (Jean-Baptiste Mondino, 1990)
¿Por qué esta canción fue número uno en medio mundo? Y eso que se trataba de un ejercicio de innovación experimental totalmente inédito en el ámbito comercial (y casi hasta alternativo). Fácil: fue un video-single, y claro, el vídeo estaba lleno de imágenes sugerentes en algún caso, bastante explícitas en otros, siempre manteniendo la elegancia, pero también con un aura de intriga y sordidez. Un conjunto que era pura vanguardia (y Beyoncé cree que también lo es fusilándolo).
5. Open your heart (Jean-Baptiste Mondino, 1986)
Un vídeo con tantas preguntas y tantas supuestas respuestas: el niño que no sabes si quiere verla por motivos sexuales o por ser como ella, ese toque, pedófilo dirían algunos, del final, espectadores como los maniquís marineros gays, la lesbiana que parece La Roux, el melenas vestido de bailarín kitsch, etc. Por otra parte Madonna baila como nunca, y además al final del vídeo, luciendo ese despeinado pelo medido al milímetro, está para comérsela. Amor eterno.
4. What it feels like for a girl (Guy Ritchie, 2001)
De su relación con Ritchie se pueden sacar básicamente tres cosas: una mala, Barridos por la Marea, y dos buenas, un hijo y un vídeo con la Madonna más macarra, chulesca e hija de puta, y para nada forzada, no como ahora (su actitud de la época Music no pudo ser más molona). Una epopeya anarco-feminista que ríete tú de Thelma y Louise, con planos increíbles (el final sobre todo) y una maravillosa abuela que aporta un punto de adorable humor y otra perspectiva a la historia. Una montaña rusa con significado.
3. Express yourself (David Fincher, 1989)
La primera obra de Fincher para Madonna ya apuntaba maneras de su poderío visual. Homenajeando al futurismo retro de Metropolis, el diseño de producción supuso su mayor baluarte, muy cuidado y por momentos espectacular. Ella es la líder de una revolución donde la actitud de diva feminista y poderosa se intercala de manera ambigua con el rollito de macho man y dominación hacia ella. Eso sí, en lo que ella gana a todas es en poner a tíos buenos medio desnudos y no al revés.
2. Frozen (Chris Cunningham, 1998)
A pesar de que según las declaraciones del propio director él tenía una visión más compleja de la obra, hubo problemas durante la producción y en general el resultado quedó más sencillo, pero indudablemente hipnótico. Solo ella en un paraje inhóspito y misterioso, de pesadilla aséptica, con unos efectivos y puntuales efectos especiales que potenciaban un concepto también sencillo, potenciado por este barniz estético cuidado al detalle. Misticismo que por cierto la semana pasada copió Marina.
1. Like a prayer (Mary Lambert, 1989)
La polémica que estalló hace 26 años queda reducida a anécdota al contemplar un vídeo donde cabe religión y racismo, su interconexión y todo lo que el amor tiene que decir sobre ellos. Varias imágenes icónicas, donde destaca la de las cruces ardiendo, en un compendio visual soberbio que no solo acompaña la que es sin duda su canción más emotiva, sino que la potencia hasta el infinito. Piel de gallina. Y si además Pepsi canceló un contrato con ella por la que se lió, mucho mejor.