10 canciones propias que deberían inspirar el nuevo disco de Lana del Rey
El disco ya tiene título, Honeymoon, el primer single, homónimo, letra, se sabe que el vídeo ha sido grabado, que habrá una versión de Don’t let me be misunderstood de Nina Simone, que produce Mark Ronson, etc. Eso sí, Lana del Rey ha retrasado el álbum hasta septiembre, lo que tampoco que importa demasiado porque no es que hayan pasado cinco años desde Ultraviolence (no me seáis ansiosos, caris). Así que todavía tenemos tiempo para pedir (aunque no nos oiga) o soñar. Por ello, y ya que tampoco es una artista rompedora (y no esperamos que lo sea), estaría fetén que tomará ideas de su pasado, aunque las remodelase ligeramente. Por ello aquí están diez canciones pasado que pueden inspirarla (solo lanzadas oficialmente, aunque hay demos que merecen mucho la pena).
National Anthem (Born to Die, 2012)
En Ultraviolence se echaba de menos el toque gangsta que en realidad en su época previa explotó más en sus vídeos y estética que en su música. Sin embargo National anthem sí que contaba con una línea de base bastante negroide, además de unas estrofas medio rapeadas, lo que en manos de otra podría haber acabado en desastre, pero que para nuestra alegría, no fue el caso. Y bueno, un estribillo tan descaradamente pop tampoco estaría de más.
Born to die (Born to Die, 2012)
La influencia del trip-hop de los noventa resultaba más que patente en Born to Die, el disco, pero era en este tema donde alcanzaba su cenit. Su perfecta conjunción con la instrumentación de cuerdas tejía un colchón sonoro perfecto para unos de sus mayores (y mejores) dramas musicales. Y ya que estamos, inspirarse en un estribillo tan extenso, bien hilado y que prepara un clímax insuperable, sería otro punto a su favor.
Video games (Born to Die, 2012)
Por momentos se pasa con el papel de chica mala, es verdad. Y es que a veces nos olvidamos, pero la conocimos con esa oda a la sencillez junto a su chico amada (aunque tampoco faltaba alguna referencia a su concepto favorito). Una épica contenida a juego con la plasmación lírica de una estampa bastante habitual en la vida de una pareja, que la hacía grandiosamente cercana. Para algunos sigue siendo su mejor canción. Por algo será.
Old money (Ultraviolence, 2014)
En lo que se refiere a voz e interpretación, se trata de una de las canciones más emotivas de la artista, y a su vez una de las más sencillas en lo que se refiere a acompañamiento musical. Incluso me arriesgaría a desnudar ese concepto todavía más, como bien hizo en su concierto del Vida 2014, cuando la interpretó a capella por petición popular. Piel de gallina, no, lo siguiente. Su voz a veces es su mejor instrumento.
Cruel world (Ultraviolence, 2014)
Una de sus canciones más rompedoras, aunque sin desligarse de su sello personal. La manera de interpretar el estribillo se desmarca de la melancolía (¿somnolencia?) habitual de su tono, esta vez desgarrador y visceral. También hay que mencionar una producción muy setentera, abrasiva por momentos, obra de Dan Aurbach de The Black Keys. Un cambio de registro que merece mayor peso en su futuro más próximo.
West coast (Ultraviolence, 2014)
Aunque hablando de potencial comercial quizás no fue la mejor elección como primer single del disco, era y sigue siendo una de sus mejores canciones. Sería conveniente que siguiera jugando con esos cambios de ritmo entre estrofa y estribillo, que se convertía en el verdadero baluarte del tema (y lo que posiblemente lastró su éxito, que ya sabemos lo reticente de la masa a los «experimentos»), además de la incontestable calidad de ambos, claro.
Blue jeans (Born to Die, 2012)
El legado de David Lynch se perdió en su segundo disco, por lo que no sobraría recuperarlo para este Honeymoon. El mejor exponente de ello, además de la versión de Blue velvet (y su vídeo), sería Blue jeans, una actualización del bigger than life Wicked game de Chris Isaak, tema principal de Corazón Salvaje, película de 1990 del cineasta. Si hasta Tori Amos constata su parecido, más que a nivel formal, en esencia, es por algo.
Summertime sadness (Born to Die, 2012)
La estética retro/Instagram siempre ha ido ligada a su persona, lo que deriva irremediablemente hacia una esencia estival que pocas veces ha faltado en su obra, sobre todo en sus vídeos (a veces no de manera tan evidente, pero siempre presente). Por supuesto, por temática, esta canción se lleva la palma a la hora de evocar el verano como época ideal para enamorarse y después sufrir, para olvidarte a la semana y media. Así funciona la juventud.
Bel Air (Paradise, 2012)
Hay un aire muy cinematográfico en este tema, como en muchos otros suyos, pero este es especial ya que recuerda a la partituras de Danny Elfman para Tim Burton, otorgando cierto halo de misterio al tono general de la canción. Además destaca el carácter más vaporoso de lo habitual, sobre todo en ese estribillo elevado que provoca un «stendhalazo» ante tanta belleza desatada (de sus mejores momentos vocalmente hablando).
Ride (Paradise, 2012)
Su música nunca ha sido la más comedida, pero en este caso la grandilocuencia se adueñaba dela función. El estribillo era, por supuesto, un buen ejemplo de ello, gracias sobre todo a las cuerdas, pero no era hasta el «estoy harta de sentirme tan jodidamente loca» y lo que sigue, cuando todo estallaba en fuegos artificiales de emoción y drama desmedidas. Y nosotros con el corazón en un puño, obvio.