Mucho circo y poco pan: 10 casos de mamarrachismo político y musical
El baile de Soraya Sáenz de Santamaría lo ha petado, para bien o para mal. No es la primera en hacerlo, pero sí la que más éxito ha obtenido al haber ocurrido en un programa líder del prime time (arg, duele escribirlo). De un tiempo a esta parte la política espectáculo se ha instaurado en España y la tele, por mucha red social que haya, sigue siendo el medio favorito para hacer el mongolo y ganar votos (y luego tildan a Podemos de partido populista). Como siempre llegamos tarde y peor (el modelo original ya es malo de por sí), pero esto parece solo el comienzo, porque ya se sabe: the show must go on! Por suerte alguno de estos 10 ejemplos relacionados con la música no cuentan (o eso parece) con una estrategia tan estudiada detrás, pero en general naturalidad, poca.
Soraya Sáenz de Santamaría – Uptown funk (Mark Ronson feat. Bruno Mars) – Baile en El Hormiguero
Comenzamos con el que ha motivado este post. El Hormiguero lleva una temporada invitando a diversas personalidades de la política para que muestren su cara más humana mientras recortan todo lo recortable, se lo llevan calentito, ellos se lo guisan, ellos se lo comen o simplemente nos mienten a la puta cara. Porque pobrecicos, son humanos y al final hasta saben divertirse. La vice al menos bailó de manera bastante decente (aunque esa cara de acelga no se la quita nadie), pero que al menos no nos lo intenten vender como un acto de espontaneidad.
David Cameron – One way or another (One Direction) – Cameo en el vídeo
No todo es bailar o cantar (o follarse a cerdos). El primer ministro de Reino Unido, aunque presuma de buen gusto musical, no tiene mucha pinta de derrochar gracia y salero, por lo que se conforma con aparecer en el vídeo del antes quinteto. Aunque la verdad, para eso, mejor que se hubiese quedado en casa (y no será porque no la tenía cerca). Sin embargo resulta más vergonzante que un grupo de niñas y adolescentes haga migas con la política. ¿Alguien dijo adoctrinamiento encubierto? Le puedes ver en el minuto 2:27.
Juan Carlos Monedero – El puente de los franceses (canción popular del bando republicano) Cantar en cualquier meeting
El antiguo talón de Aquiles de Podemos era de los que a la mínima se marcaba un flamenquito Dios sabe por qué. De ello hizo su marca, pero en vez acostumbrarnos a estas salidas de tono, cada vez nos resultaba más bochornoso. Porque una vez puede quedar hasta simpático, pero cuando lo explotas hasta la extenuación, pierde toda la (poca) gracia. Incluso su discurso perdía credibilidad ante tanta bulería. Lo poco (no) agrada (demasiado), lo mucho empacha (hasta la arcada).
Michelle Obama – Uptown funk (Mark Ronson feat. Bruno Mars) – Baile en The Ellen DeGeneres Show
Vale, no es una política, pero debe de hacer política. Política única y exclusivamente de cara a la galería. El papel mediático de la primera dama, al menos en Estados Unidos, resulta mucho más importante que el de cualquier político por debajo del presidente (aquí menos: ¿alguien recuerda el nombre o rostro de la esposa-coartada de Rajoy?). En este caso bailaba junto a la lesbiana favorita de América (pero sin rozarse, ¿eh?) y lo hace decentemente. Los demócratas ya pueden regocijarse por contar con una primera dama tan marchosa. El baile de Soraya se inspiraba en este, obviamente.
Miquel Iceta – Don’t stop me now (Queen) – Meeting del PSC
La verdad es que este caso me provoca hasta cierta ternura. Uno, porque Iceta parece un tío majo. Dos, porque no tiene ningún tipo del sentido del ridículo, pero a su vez goza de cierta gracia bailando. Tres, porque parece casi un acto reflejo, por lo que gana a todos en espontaneidad. Por desgracia el tema perdió la encanto cuando Thais Villas de El Intermedio le propuso bailar varios hits. A él se le veía algo incómodo, porque el baile le sale solo, nadie tiene que imponérselo. ¡Nunca dejes de bailar, Miquel!
Miguel Ángel Revilla – Belén en la collada (villancico popular cántabro) – Vídeo promocional
Al mayor exponente del cuñadismo le encanta mostrar frente a las cámaras lo dicharachero que es. Eso y vender Cantabria a la mínima de cambio (lo que tampoco es malo). Aquí fusiona ambas facetas junto a su amigo Paco (porque fijo que se llama Paco, o quizás Antonio) para deleitarnos con un villancico, por supuesto, cántabro. Los villancicos son odiados por medio mundo, pero si además lo canta el político enrollado de turno, pues apaga y suicidémonos.
Barack Obama – Crazy in love (Beyoncé) – Baile en The Ellen DeGeneres Show
Parece que si no bailas en Ellen te quedas sin la aprobación de la audiencia yanqui demócrata (la semana pasada, por ejemplo, Claire Danes). Barack ya lo hizo con (qué obvio) Beyoncé ocho años antes que su mujer, cuando todavía solo era uno de los candidatos a la presidencia, y oye, quién sabe si ese (supuesto) desparpajo ayudó a encumbrarle. Eso sí, su mujer tiene más tablas. El matrimonio «perfecto» y además bailongo; el sueño de muchos.
Pablo Iglesias, Antonio Miguel Carmona y Ángel Gabilondo – A quién le importa (Alaska y Dinarama) – Marcha del Orgullo LGTB
Que alguien tan «suelto» como Carmona se ponga a bailar, pues ya ves tú, pero que lo hagan Iglesias, que tan en serio se toma todo, y Gabilondo, más soso que la dieta de un hipertenso, pues tiene su gracia. Este es otro caso donde se atisba cierta espontaneidad y ganas de pasarlo bien (no sería de extrañar que llevasen alguna que otra copa de más). Y, la verdad, se les ve disfrutar. Y por si fuera poco en un marco como es el Orgullo LGTB, lugar que incluso muchos políticos de izquierdas han evitado.
Andrea Levy – Ni una sola palabra (Paulina Rubio) – Baile y canto en El Programa de Ana Rosa
Si un día criticaba a Iceta por bailar y que si el colapso de España, ETA y los nazis (el argumentario del PP resumido), al día siguiente, aunque con reservas, cantaba y bailaba a nuestra pija mexicana favorita. Se nota cierta reticencia porque sabía lo que iban a decir, pero aun así tampoco se negó en ningún momento. Y claro, hay que elegir: ser una incoherente o una rancia. Y ya sabemos que la incoherencia importa una mierda, pero un borde siempre es crucificado.
Hillary Clinton – Watch me (whip/nae nae) (Silento) – Baile en The Ellen DeGeneres Show
Otro ejemplo más de que necesitas la bendición de Ellen para poder ganar las elecciones en Estados Unidos (si eres demócrata, claro). No se puede decir que la mujer de Bill lo dé todo. En realidad da bastante pena, pero bueno, se entiende porque va a cumplir 68 años y no tiene el cuerpo para esos trotes. Pero oye, que al menos lo intenta.
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jarto
No tengo demasiados prejuicios musicales en lo que se refiere a géneros, unos me gustan más que otros, sin más. Lo que más me tira para atrás es la pretenciosidad, y más si resulta fallida. Hablando en plata, sin mamoneos, porque ya hay bastante en el mundo para que además pervierta lo que más queremos: la música.
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