Especial reseñas: discos que se iban a quedar en el tintero (I)

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Ya no queda nada para que publiquemos nuestras listas de lo mejor de 2015, pero como a veces no da tiempo a reseñar todo, recopilamos un buen surtido de discos que creemos merecen la oportunidad de poder estar entre lo más destacado (ya sabéis que solo incluimos en listas discos y EPs reseñados). No os empachéis.

George Clanton – 100% Electronica

Ha dejado de llamarse Mirror Kisses Dios sabe por qué (prefería ese nombre), pero lo que este imberbe chico no ha cambiado es su gusto por el synth pop más sofisticado que puedas imaginar, sin olvidar cierto regusto a los ochenta. Con los excesos vocales de Simon Lebohn (Duran Duran) y sobre todo de Curt Smith (Tears for Fears), Clanton se saca de la manga unos temazos como Keep a secret, It makes de babies want to cry o Did I flounder que aparte de bien confeccionados a nivel melódico y lírico (cinismo por doquier en este último elemento), gozan de una producción para caerse de espaldas. Pero donde su brío vocal y una producción envolvente y apabullante convergen al 100% es en una obra maestra como Bleed. El disco podría ser una auténtica basura que solo con esta canción valdría la pena hacerse con él. Por suerte para todos, no lo es. Una pena que pocos se hayan percatado de su talentazo.

Puntuación: 8,5

Beat Connection – Product 3

Tras año y pico de adelantos, por fin aparece este álbum con título digno de Risto Mejide. Por suerte hay más ironía de la que parece, y su tercer esfuerzo discográfico va más allá de un producto de usar y tirar. Porque a pesar de que posiblemente estemos ante uno de esos discos que quizás no ganen enteros con el paso del tiempo, en el momento saben a gloria y recuperaremos más de un tema y de dos en el futuro. Ejemplos de ello hay muchos, como el minimalismo exótico de Hesitation, el buenrrollismo no azucarado de Another go round, el chill inteligente en Ad space o el estilizado y adictivo funk de So good. Quizás a veces peca de cierto regusto a hilo musical de Bershka, por el aire chic de algunas canciones, pero en general prefiero quedarme con la idea de que se trata de un disco que hace que ansiemos el verano y que cuando éste por fin llegue nos reafirmemos y disfrutemos de su presencia.

Puntuación: 7,8

Pure Bathing Culture – Pray for Rain

Desde su notable debut hace un par de años, tampoco se puede decir que el dúo haya tomado una senda radicamente distinta a éste, pero sí que se aprecian diferencias. La influencia de los Fleetwood Mac más ochenteros se agudiza, y en general de buena parte de las bandas de soft rock de la época, por lo que su dimensión dream pop ha quedado relegada a un segundo plano. El factor pop gana terreno, tanto para bien, con himnos como el que da nombre al álbum, como para mal, en piezas que no van más allá de lo agradable, como She shakes. Quizás el disco debería haber sido incluido en este especial, ya que cierta magia se ha perdido por el camino; y sin embargo, aunque por debajo de su predecesor, hay mucho de donde rascar, como una producción llena de matices y colores sonoros, muy sugerente, con la qué fácilmente podremos empatizar con diferentes situaciones vitales, las hayamos vivido o no. Y eso no lo puede decir todo el mundo.

Puntuación: 7,2

New Order – Music Complete

Cuando reúnes a tanto lustroso nombre para tu próximo disco después de una época algo decadente, se huele descalabro a kilómetros. Pero no, esta vez no, y eso que además sin Peter Hook nos temíamos lo peor. Y es que éste es el mejor disco de la banda en más de dos décadas, retomando en parte su vena post-punk y new wave en temas como Restless, pero en este caso donde más destacan es el los de corte más electrónico y, para que negarlo, petardo. Como lo de Tutti-frutti, que es un caramelo kitsch que se degusta con fruición. Vamos, que han recuperado la esencia del Technique (¿su mejor disco?) y la han potenciado todavía más. Solo eso pueden explicar trallazos techno-pop como Plastic. ¿Las colaboraciones? Bien, gracias, con Brandon Flowers, La Roux e Iggy Pop, pero que en ningún momento eclipsan el genio del ahora quinteto. Ya era hora que volvieran a sorprendernos.

Ganas de verles en esta nueva etapa en SónarBBK Live.

Puntuación: 7,8

Molly Nilsson – Zenith

Acostumbrados a estrella del pop suecas como Robyn, siempre choca una presencia como la de Molly, que tampoco es que componga la música más raruna del mundo, pero se sale del concepto predeterminado de esa figura. Y es que su synth pop no deja de ser pegadizo, como bien demuestra en los singles 1995 o Mountain time, pero un seguidor de Popjustice posiblemente no le vería la gracia. Y eso es quizás lo que le hace tan especial, su presencia pop totalmente ajena a cualquier cliché, con una voz profunda imposible de confundir. Además de los adelantos hay mucho magro y muy poca grasa, como la juguetona Bunny club, el Intermezzo tan Vangelis (el menos épico), la bajona de Lovers are losers (¡titulazo y letraza!) o la reafirmación de su cuerpo en My body y su adicto loop. Un disco pop que, como el de Grimes, dignifica el género y lo envuelve de vanguardia.

Puntuación: 8,2

Hot Chip – Why Make Sense?

Cuando de primeras parece que los ingleses se han desinflado escandalosamente respecto a In Our Heads, con un par de escuchas más nos percatamos que nos la han jugado. No hay hits tan directos, ni demasiados momentos excesivamente bailables, porque en este disco flota cierto halo de melancolía, elemento que no suele llamar la atención de manera tan evidente (salvo que aportes toneladas de drama como Adele). Esta vez su sonido resulta más puro, minimalista, pero a su vez algo más áspero. También se percibe las ganas de tomar pedazitos de otros géneros que no les quedan demasiado lejos como el r’n’b, hip-hop, house, italo o funky, y en general salen bien parados. Sí, se agradece el hecho de no querer mantener un estatismo. Pero sí, también el disco está algo por debajo de su predecesor, e incluso puede tratarse de su peor disco (aunque en Metacritic sea el mejor), pero es que eso es decir mucho si hablamos de ellos.

Puntuación: 7,5

HEALTH – Death Magic

Tras su conciertazo en Primavera Sound 2015 había muchas ganas de escuchar lo nuevo de los angelinos. No decepciona, incluso aunque algunos les pudieran echar en cara la mayor «popización» de su estilo. Y es que a pesar de ello no han renunciado al contundente sello de identidad que les caracteriza. Siguen siendo ellos, para lo bueno (mucho) y lo malo (poco). Su música es un puñetazo certero que empotra con urgencia y vigorosidad lo orgánico y electrónico, y donde se combinan perfectamente su vertiente más synth, como DARK ENOUGH, el atmosférico HURT YOURSELF o el punto petaro de L.A. LOOKS, con los torbellinos que son COURTSHIP II, SALVIA, STONEFIST o MEN TODAY, que te dejarán k.o. (los títulos están en mayúsculas por algo). Si es que lo hacen de puta madre.

Puntuación: 8,5

East India Youth – Culture of Volume

Si ya en SOS 4.8 2014 preferí ver al inglés que a Phoenix, poco más se puede decir de mi admiración hacia su música tras un debut deslumbrante. Eso sí, estamos ante otro de este especial que se ha popizado, y no voy a negar que que a veces se echan de menos piezas instrumentales tan sugerentes como Hinterland o Midnight Koto. Sin embargo los resultados son tan buenos que al diablo con el postureo. Una balada tan «bigger than life» como Carousel no admite discusión; el estribillo de Turn away es para enmarcar; el ritmo de Hearts that never resulta ideal para quedarse en trance; con Entirety será fácil imaginarse desfasando y chorreando sudor y sangre en la discoteca de Blade; y así con la mayoría de canciones, cada una con su propia personalidad, pero todas primas hermanas. Por ahora ha acertado con dos de dos, y que sean muchos más.

Puntuación: 8

Amaral – Nocturnal

El dúo no mola ahora que van de medio alternativos, siempre han molado. Otra cosa es que algunos retrasados les tilden de carne de Los 40. Allá ellos, siguen siendo una de las bandas más notables del país, y con este nuevo disco vuelven a reivindicar su posición. Quizás algunas letras sigan chirriando y se perciba cierta herencia a radiofórmula, y la producción resulta más rugosa que en el anterior trabajo, pero el conjunto estamos ante una obra sólida, repleta de momentos brillantes. Temas sociales y políticos y por supuesto amorosos en grandes temas: llorarás con Nadie nos recordará (¿sobre los refugiados?), querrás romper con todo en 500 vidas, o vibrarás con Llévame muy lejos. Hay algunas canciones que sobran o necesitan de otra vuelta, pero el resultado general no es para tomárselo a la ligera.

El dúo estará en SOS 4.8 2016, y ya sabemos que sus directos son de órdago.

Puntuación: 7,5

Real Lies – Real Lies

Tras varias canciones que mezclaban por un lado una faceta más uk hip-hop y otra más synth, por fin podemos escuchar el primer largo de los londinenses y sacar una conclusión acerca de cuál es la verdadera. Un poco de las dos, la verdad; de la primera tenemos North circular o Blackmarket blues; de la segundaDab housing y World peace (con bien de balearic también, que les acercan a Friendly Fires). Pero también chsipas dub en Deeper, baggy y Madchester en One club town (un genial cruce entre Primal Scream y Stone Roses), house noventero con un toque Blur en Seven sisters, etc. ¿Demasiadas referencias y géneros? Puede, pero todo es tan jodidamente «british», en el mejor sentido, y especialmente asociado a los noventa, que la coherencia resulta más que evidente. Así debería sonar la nueva corriente de bandas inglesas que NME explota y que conquistan año tras año nuestros festivales pseudo indies.

Puntuación: 8

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