20 himnos que esperamos vivir en directo en BBK Live 2016

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BBK Live 2016 está al caer y este año por primera vez estaremos ahí. ¿Por qué? Pues porque aunque conserva muchos referentes rockeros de su origen, también cuenta con una oferta más amplia en lo que se refiere a otros géneros. Por ello, para ir caldeando el ambiente, aquí tenéis 20 canciones reunidas en una playlist de Spotify que, a pesar de resultar una catalogación algo subjetiva, se podrían considerar como himnos. Algunos más evidentes, otros menos, pero todos con ese «algo» que los eleva respecto al resto.

Hay algunos conocidos por todos (o eso esperamos) que 99,9% seguro que sonaran ya que se trata de sus mayores éxitos, como el himno posmoderno que es Where is my mind? de Pixies, explotada hasta la extenuación y con múltiples interpretaciones. Es su tema más celebrado, como también lo es Born slippy (Nuxx) de Underworld, que para muchos resume como pocos la cultura electrónica y de lo caduco de los noventa. Disfraz de tigre de Hidrogenesse también estaría en el grupo de los obvios, y aunque no cuente con el calaje emocional del resto de temas, su grandeza va por otros derroteros, considerado como un himno de lo absurdo. King de Years & Years no puede faltar tampoco, aunque acabásemos un poco hasta el gorro de ella; pero sin duda sigue manteniendo su condición de temazo digno de gritar.

También evidentes, pero no tanto, ya que en general cuentan con canciones más populares en su discografía, son aquellas que ocupan la mayor parte de la lista, que casi seguro que no faltarán. Ceremony de New Order, por ejemplo, que supuso el puente entre Joy Division y esta banda y aún hoy pone los pelos de punta. Y hablando de la banda inglesa, Triángulo de Amor Bizarro por fin les han homenajeado y Baila Sumeria era la mejor manera de hacerlo. Uno de los más grandes himnos nacionales de la última década es Allí donde solíamos gritar de Love of Lesbian (y pensar que Club de John Boy lo petó más). Foals nunca se olvida de su balada «bigger than life», Spanish Sahara, que va in crescendo hasta la explosión guitarrera final. De Arcade Fire hay chorrocientas candidatos para formar parte de esta playlist (Rebellion (lies), Wake up, No cars go, Ready to start, Intervention, etc.), pero Afterlife es el más reciente y sobre todo más veraniego, así que pa’ la saca.

Regeneration de INHEAVEN es muy de berrear y subir el puño en alto, gozando de un tono descaradamente juvenil; al igual que When people like you filled the heaven de French Films, que también desprende una inconfundible esencia postadolescente (y además se puede bailar); o Bros de Wolf Alice, más frágil y emotiva, pero muy «forever young». Con un aire más psicodélico está Feels like we only go backwards de Tame Impala, que es la faceta más flotante de lo que el concepto «himno» significa. El mayor éxito de lo último de Grimes es Flesh without blood, y es posiblemente el que mejor se ajuste a la etiqueta alrededor de la que gira esta lista, mostrando a su vez contundencia (esas guitarras) y sensibilidad (la letra e interpretación del estribillo). El mayor hit (aunque no el más famoso) del segundo disco de CHVRCHES es este Clearest blue, que va creciendo confirme avanza para estallar en una rave que rinde pleitesía a Depeche Mode.

Luego tenemos las canciones que tienen más peligro de no sonar en directo, pero por las que cruzamos todos los dedos habidos y por haber. We own the sky es la más escuchada de Saturdays = Youth de M83, por lo que es la más probable de este grupito a que podamos disfrutar de ella (y con la que muchos lloraremos de pura emoción). Muy los M83 más épicos es I’ll return over Gloria, que sonaría enorme en directo, pero al tratarse de un no single del anterior trabajo de Hola a Todo el Mundo, puede quedarse fuera.

Step out de José González es ciertamente muy popular en su discografía, pero hablamos de una banda sonora y un estilo mucho más pop y coreable comparado con su habitual folk desnudo, así que quién sabe si pasa palabra. Uno de los temas más grandilocuentes de Hot Chip, gracias especialmente al estribillo formado enteramente por «oh-ohs», aparte de por lo dramático de la letra, es Let me be him; pero de nuevo estamos ante un no single de un disco ya antiguo. Y para finalizar Editors, que de su primer disco hay bastante sustancia en lo que se refiere a himnos, pero quizás Bullets, a pesar de que fue single, no pase el filtro ya que hay otros cortes más populares en aquel debut.

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