Playlist: 25 canciones de Britney que no fueron singles pero lo merecían
Britney Spears tiene a punto su nuevo disco, Glory, pero a pesar de un primer single bastante apetitoso, su periplo comercial parece efímero. Se trata de un buen tema, pero no goza de la pegada de otros sencillos de su ya dilatada carrera. E incluso de algunos que nunca se ganaron el título. Y es que aunque muchos lo pongan en duda, en sus discos siempre hay más dónde rascar. Incluso más de uno se llevó las manos a la cabeza cuando su canción favorita nunca superó el filtro del sello para ser publicada comercialmente (un clásico del mundo del pop). La de Misisipi tiene unas cuantas y aquí hay 25 ejemplos de ello.
Su Baby One More Time y Oops I Did It Again, los discos, son los que peor salen parados, pero todavía se puede recuperar unos cuantos. La frescura de Soda Pop, tan de la primera Robyn (que Max Martin también produjo), sigue intacta, y además Britney nos deleitaba con un registro casi inédito cuando todavía sabía cantar. Deep in my heart podría haber sido interpretada por la Janet Jackson de la época y es de lo más festiva y dicharachera. La autoafirmación y contundencia de What you see it’s what you get, a pesar de contar con todos los clichés sonoros de Martin, quizás merecía más presencia que, por ejemplo, Lucky.
De su tercer disco, Britney, había joyas mucho más grandiosas que una balada tan del montón como I’m not a girl, not yet a woman. Dentro de las baladas When I found you le daba mil vueltas, gracias a una producción mucho más moderna, una noñería mejor gestionada y un puente final épico y psicodélico que era para mear y no echar gota. Y para fiestear, mucho mejor que la versión de I love rock’n’roll era Anticipating, que fue lanzada comercialmente, pero no se ganó un vídeo y nadie se enteró, cuando su carácter pizpireto y un sonido estilo calipso eran pura magia. O Lonely, muy emparentada con sus dos primeros disco, pero más dinámica y no tan caduca en su sonido. O su colaboración con Justin Timberlake, su novio en aquel momento, en What is like to be me, una bofetada que anticipaba el drama que se les venía encima.
En la época de In the Zone sus fans siempre le echaron en cara que Breathe on me nunca fuese single, ya que su hipnótico ritmo y sexualidad casi explícita bien lo merecían. Un guiño hacia ellos fue recuperarla este año en los Billboard Music Awards, donde recopilaba grandes éxitos pero se permitió el lujo de incluirla. Lo mismo que con Touch of my hand, una oda a la masturbación femenina con un aire etéreo que podría haber roto moldes en su momento. A Britney le falta una balada excesiva y grandilocuente en su amplio surtido de singles, y Shadow, que aportaba interesantes arreglos electrónicos a este estereotipado concepto, podría haber sido la elegida. De su B in the Mix está la inédita And then we kiss, que fue single, pero sin vídeo y pocos se enteraron debido a tratarse de un disco de remezclas.
En su adorado Blackout Toy soldier fue la mayor injusticia de todas, que resumía en tres minutos el exceso de su vida durante aquel descacharrante 2007. Heaven on earth, con un conveniente radio edit, podía haber adelantado la moda dance que un año después inauguraría Guetta y amigos. Get back fue bonus track, pero era tan Timbaland que le venía como al dedo al Billboard Hot 100 de aquel año. En Why should I be sad volvía a las manos de Pharrell, en una balada bastante movida y sensual con una estructura melódica brillante.
En Circus el carácter excesivo de su anterior largo se relajó, pero Kill the lights todavía mantenía la temática del hartazgo hacia los medios y el sonido de Danja, además de un estribillo tan kitsch. Shattered glass se mantenía en la corriente electro-pop de la época y podría haber sido un club banger. Unusual you quizás resulte algo oscura para un single, pero quién sabe si el gran público hubiese podido valorar esta faceta de ella. Increíble que dos de las mejores canciones del disco quedasen relegadas a bonus tracks: el caramelo de Rock me in, muy de sus primeros años en su tono, pero rabiosamente moderna en su producción, y el sexo telefónico de Phonography, que también gozaba de cierta oscuridad que posiblemente faltará en Glory, por mucho que mencionase a The Weeknd como inspiración.
Femme Fatale tomaba lo mejor de sus dos último discos, con estridencias como el irresistible bubble gum de How I roll, o el sofisticado y espacial dance de Trip to your heart. También fue una demostración del poderío de Dr. Luke (cuando no ponía el piloto automático) en temas más transgresores como Inside out. Britney Jean también tenía sus momentos a pesar de las feroces críticas, todos sin will.i.am, obviamente. Til it’s gone tiene un puntito Daft Punk circa Discovery y es todo un trallazo para la pista. Y aunque la característica mano de Diplo no se note en Passenger, recupera lo mejor de los primeros años de Britney en un número de pop puro y resplandeciente.