Especial reseñas: discos que viviremos en directo en Primavera Sound 2017 (I)

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A pesar de que aún quede un trecho para disfrutar de Primavera Sound 2017, ya toca ir empollando como si de Selectividad se tratase. Porque siempre está genial descubrir nuevas propuestas en directos, pero es todavía más genial berrear (molestando lo menos posible al de al lado) algún que otro temazo. Y aunque no vayas a asistir o aún te lo estés pensando, estos cuatro discos son canela fina.

Japandroids – Need to the Wild Heart of Life

Quizás el cambio de sello ha propiciado que el dúo haya relajado el ruido, optando por un sonido más pulido. Lo que algunos podrían considerar una catástrofe, en la práctica se traduce en un disco más accesible, pero tan brioso y rabioso como antaño. Desde la apertura del disco con el tema homónimo, que es todo un himno ideal para el pogo y donde se emparentan con los Superchunk más enérgicos y melodiosos, es un non-stop de grandes hits guitarreros.

True love and a free life of free y North East South West son puro The Replacements, pero rompen con las expectativas en I’m sorry (for not finding you sooner), que funciona a modo de interludio pero del que te quedas con ganas de más, desplegando emoción y pasada por una producción abrasiva cercana a Suicide. Un experimento que demuestra que no todo van a ser estribillos coreables (que son muy agradecidos). Después también sorprenden con Arc of bar, muy brit a todo los niveles, como la manera tan Bernard Summer de interpretar o esos coros finales muy Primal Scream. Hasta fusilando a Foo Fighters en Midnight to morning aciertan. Un disco carpe diem apto no solo para amantes del rock.

Puntuación: 8,2

Sampha – Process

El inglés lo tiene todo para arrasar en todas las entregas de premios, desde unos Grammy a unos Mercury, porque su fórmula r’n’b marca un perfecto equilibrio entre el clasicismo y la innovación al alcance de pocos. Quizás sea su manera de interpretar la que le acerque a un público más convencional, pero su producción será la que se meta en el bolsillo a los que busquen un estilo más arriesgado. Sus dos primeras canciones, Plastic 100ªC y Blood on me, una balada y otra medianamente bailable, representan un poco su ying y yang de su personalidad musical y ya dejan constancia de que en un extremo o en otro, su trabajo deja huella.

Pero la temperatura sigue en ascenso con el exotismo de Kora sings, que da paso a la balada comercial del disco (No one knows me) like the piano, a la que le sigue otra, Take me inside, lo que podría suponer cierto handicap si no fuese porque también es una delicia y sobre todo porque su final galáctico invita a flotar. El comienzo de un viaje de ácido que se materializa del todo en Reverse faults. Y aunque el final resulte algo más lineal, el precioso cierre What shouldn’t I be?, haciendo gala de un arpa sintetizada, cierra el que posiblemente se corone como el rey del género durante este 2017.

Puntuación: 8

The Molochs – America’s Velvet Glory

Escuchando el recién estrenado single de Weezer, y aunque últimamente no han errado tanto el tiro, más de uno puede echar de menos los viejos tiempos de la banda (¡la canción suena a Maroon 5!). También de Los Ángeles son este dúo que publica lo que será el disco que les pondrá en el punto de mira de muchos amantes del rock á la americana y de la banda de Rivers Cuomo (cuando hacen lo que deben). Sin embargo estos suenan más clásicos, y en general también viajan hacia el interior del país como en No more cryin o The one I love (que de primeras suena al hit It’s so easy popularizado por Linda Ronstadt en los setenta).

Desprenden ese aire de descaro y desparpajo que capta la atención desde el inicio, abriendo con el adictivo country Ten thousands (en la que es fácil imaginarles en modo pogo en el festival), que sigue con el brioso garage de No control o la tan tonta como encantadora Charlie’s lips. Un buen ritmo hasta una segunda mitad que pierde fuelle por momentos, pero en la que al menos su actitud se mantiene intacta, y eso ya es mucho más de lo que otros pueden decir.

Puntuación: 7,2

Talaboman – The Night Land

Ya que no parece que el sucesor de Fin vaya a llegar a corto plazo, se agradece que finalmente John Talabot haya apostado por este proyecto junto con el sueco Axel Boman tras un primer tema hace tres años (Sideral, que no está incluido en el disco). La unión hace la fuerza y en este debut conjunto reafirman su poderío del primer al octavo corte en un viaje a través de la noche sobre una colección de ritmos y sonidos que van desde la exaltación al intimismo.

Abriendo con Midnattssol («sol de media noche» en sueco) en clave ambient con brisas exóticas y naturalistas, sigue por senderos más melancólicos en Safe changes, muy synth al estilo Drive, que deriva en el tech house desbocado de Samsa. Después la noche se relaja ligeramente, pero aún podemos seguir bailando en la oscuridad con Six million ways, que deriva en el ritmo más introspectivo de Loser’s hymn, enlazando muy bien con Brutal chugga-chugga, que en su tramo final se muestra más punzante y contundente. Terminan más deep y mecánicos en The ghosts hood y rozando la nocturnidad infinita para terminar acostados (y reventados) en Dins el Llit, que se va desvaneciendo como cuando el sueño conquista se hace con consciencia.

Puntuación: 8

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