Merchandise en Café Berlín, Madrid

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He de admitir que, aun siendo originario de Madrid, jamás había visitado el Berlín Café en ninguna de sus variantes. Por ello no sé a ciencia cierta si en los conciertos que se celebran en la sala es lo normal que sean sentados o solo sucede en casos donde el público no es muy numeroso y así poder abultar más, como era el caso. Me sorprendió porque, aunque Merchandise tampoco sean un grupo de indie rock ideal para desbocarse haciendo un pogo (aunque en alguna canción bien se podría), quizás tampoco para estar sentado durante una hora. Para ciertos tramos más intimistas resultaba ideal, pero en otros se antojaba casi incomodo respecto al espíritu de ciertas canciones no poder levantarse (o hacerlo y molestar a los de detrás).

Obviando el contexto, los cuatro miembros de la banda salieron a escena con Carson Cox y su look de estrella (que no es) donde también llamó la atención el guitarrista principal, que casi todo el concierto estuvo sentado en el suelo y del que Cox hizo una broma de que solo le faltaba el sitar. Se pusieron manos a la obra de una manera un tanto ruidista, tanto que la voz casi no se escuchaba y me temí lo peor. Por suerte este no es su (único) estilo, como se comprobó cuando interpretaron a continuación la «depechemodiana» Right back to the start o el soft rock de ínfulas ochenteras de Green lady (del que me enteré ahí que se trata de una oda a la marihuana, inocente de mí), donde pudo demostrar su valía y personalidad como intérprete.

Al final se trata un grupo muy ecléctico y por ejemplo el sinte, que explotan en la mentada Right back to the start, no se volvió a tocar en todo el recital. Tan heterogéneos son que a veces choca que sean la misma banda la que toca tan variedad de temas. Por  suerte Cox cuenta con suficiente presencia para aportar la coherencia necesaria con el fin de que no resulte un collage sin sentido. Así, el concierto discurrió por cauces satisfactorios para propiciar una velada de las que no te cambian la vida, pero que se disfrutan con fruición, con picos excitantes como la el mencionado himno fumeta o Anxiety’s door. A modo de anécdota he de decir que berreé que interpretasen I will not sleep here, pero Cox me replicó que no podían, alegando que no contaban con la producción adecuada pata hacerlo (?). Vale, goza de ciertos arreglos electrónicos, ¡pero su alma es 100% acústica!

foto: Sergio Gesteira

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