Las Bistecs en Ochoymedio, Madrid
La noche empezó con Borque de telonero y con todo a rebosar. Creo que es la primera vez que veo la sala llena con un telonero, y, por el suspiro de Sergio, también él que se vio sorprendido y sobrepasado por la cantidad de público. Esto no fue un problema para él ya que su entusiasmo se vio reflejado sobre el escenario. Dio espectáculo con la caída de confetis sobre el público, algunos bailarines raros sobre el escenario y mucha marcha en su hit Guardianes poderosos. Con los sintes sus temas se vuelven enormes, que por desgracia no abundan mucho, así que le animamos a que siga por ese camino para convertirse en el The Sound of Arrows español.
¡Oh, no, otra vez tú! ¡Oh, no, otra vez Las Bistecs! Gritan Las Bistecs en HDA… y sí, lo han vuelto a hacer, otro lleno en la sala Ocho y Medio a dos semanas de la fecha de su concierto. El éxito de estas chicas es abrumador contra pronóstico, todo tan rápido e inesperado. Sus vídeos con cuentagotas de hace más de uno año solo hacía presagiar un proyecto divertido, con tufillo fake, y sobre todo nos hacía retrotraernos a la época del electrospain de hace 15 años, del feísmo y del hedonismo a los cacharros. Detrás de todo esto, sin embargo, está el estudio de Adrià Gil – que se ocupa de la música y la dirección de arte – y de una de sus componentes, Alba Rihe, llamada Bonita Machina, y por otra parte a la rubia del dúo Carla Moreno. Digamos que la espontaneidad del primer éxito del electro español se ha revestido de producto y de estudio de diseño. Nos vienen a la cabeza nombres como Putilatex (su primera publicación fue un CDr hecho por ellos mismos, y cuyos beneficios fueron gastados horas más tarde en copas), Alma X, con un CD en el mercado y con la música más chunga que la de los caballitos (pero divertida), Blas y Las Astrales y un largo etc. Y es que eran tiempos de inocencia y música.
Las Bistecs han logrado lanzar el LP Oferta de colores amarillo y rosa gracias al crownfunding y el merchandising corre por las salas. Algo ha cambiado en 15 años… El público del concierto también hace presagiar que, al igual que nosotros vitoreábamos ‘drogas, drogas duras, un problema para los jóvenes’, los jóvenes de 18 a 26 también se saben aquello de ‘pepera atropellada, viejas glorias pasadas’, y, bueno, algún que otro cuarentón también. Las letras siguen estando cargadas de frases chocantes, divertidas, directas al grano y convertidas en titulares para camisetas e incluso bragas como el caso de ‘Chochocentristas’ y ‘Perrea como Laika’ o ‘Neobaratas’ (algo así como el concepto cheap queen creado por Soy una Pringada). Así el dúo va creando situaciones basadas en la vida cotidiana, ironizando y criticando temas de actualidad para millennials como la televisión, los blogs, el arte, los festivales de música, la política, los guardarropas, las señoras pijas y horteras, etc.
La entrada al concierto no pudo ser más apoteósica. La sala llena aclamaba su llegada con gritos y aplausos y alzando todos sus móviles para captar el momento. Empezaron con Ano, una canción infantil con rimas acabadas en ‘ano’, para calentar motores y el gaznate y para seguidamente enlazar con uno de sus hits, Problemas, acompañado de visuales con personajes de la España corrupta, y donde Las Bistecs no dudaron en hacer como si leyeran La Razón. Entre canción y canción, no era raro que hicieran chistes, soltaran chascarrillos y trataran de explicar su filosofía y lo que les ha traído a los escenarios: ‘Somos hijas del s.XXI’ ‘No tocamos bien, somos mamarrachas con background’ ‘Venimos a molestar’, ‘No sabemos tocar ni un instrumento’, en un teatro que se me antojaba de falsa modestia. Peaches ya dijeron eso de ‘We don’t play guitars’ mucho antes.
Acto seguido, Humo, una oda al tabaco entre toses y donde no dudaron en lanzar tabaco ante el regocijo del público. Humo junto a Sexy o no y Cosas Negras se tocaron casi de seguido debido al poco minutado de los tres temas. Es cuando aprovecharon para contarnos que se conocieron en un after para acto seguido mostrar un vídeo de ambas tiradas en un parking con las bragas en la mano de ‘divas proletarias’. Las canciones cortas y el hecho de que no fueran sus hits hicieron mella en el concierto, aunque con unos chascarrillos la cosa parecía más entretenida. Entre ellas se pisaban en los chistes con lo que daba cuenta de la improvisación en el escenario, algo que agradecemos, si bien muchas frases no se entendían. Ya sabemos que no sois profesionales y eso erradica parte de vuestro encanto, pero con esa puesta en escena y cuidado estilismo, algo más de profesionalidad sí que buscamos… hasta Paco España y Pierrot lo hacían mejor.
El único que se atrevió a ausentarse durante el concierto
Los ánimos no mermaban ante la llegada de HDA en versión más lenta y sin ellas en el escenario –cambio de look–, versión del disco y acelerada el final en un intento de hacer algo diferente para no repetirse demasiado entre conciertos. Parecía que la estaban liando –como me dijeron que hacían en los conciertos– cuando en medio de Universio pararon la canción en un ‘coitus interruptus’ en toda regla, espetando frases como ‘lo común entre Beyoncé y yo es que tenemos el coño muy grande’. Mujeres Bien volvió a poner a la gente en éxtasis-disgusting y en Eurofiestón no dudaron en rociar al público de champán. Evidentemente todos los temas del disco sonaron, como Caminante (Antonio Machado cover), Pelo y Galicia, un tema lento y folk iluminado con los móviles de la gente en lo que fue un momento bastante original. Y para terminar la canción trap de Dj Bicha, porque ellas también son chungas. En el bis la sorpresa fue mayor cuando Meneo se subió al escenario para tocar una canción que escribieron la noche anterior con el estribillo ‘nadie al volante’; ¿se trata una colaboración entre ellos? ¿Un nuevo tema? El estilo muy Meneo, basado en la electocumbia acelerada al ritmo un tanto bacalaero. En el segundo bis tocaron otra vez el tema Problemas, que aunque molón, pegaba más HDA o Señoras Bien.
Después de tanta expectación y visto el discurso del dúo, podemos pensar de lo efímero de su éxito, que a decir verdad ni buscan, supuestamente, ya que en ellas solo albergaba el anhelo de molestar, algo que sí han logrado. Sus letras llenas de irónica se quedan, sin embargo, en meros emblemas cuyo futuro será el mensaje en una camiseta o para cantarlas a voz en grito en un bar, fardando de gusto musical. ¿Será eso, o es que me estoy haciendo mayor? Su éxito, sin embargo, se debe a lo que todos buscamos al final y al cabo, y lo que también buscábamos con el electroclash: bailar sin pretensiones, divertirse, reírse con las ocurrentes letras, y disfrutar de esa imagen desinhibida y rara que algún día todos hemos anhelado ser. Yo, de momento, me quedo con este pasatiempos de una hora, que oye chica, ha sido entretenido.
Ellas también son Las Bistecs