Especial reseñas: discos que viviremos en directo en Primavera Sound 2017 (II)
Tras la primera parte, y un poco a ras respecto a la celebración del festival, que se celebra la próxima semana, aquí tenéis cuatro nuevos discos de 2017 que estas bandas y artistas presentarán en directo por primera vez en España en Primavera Sound 2017 (bueno, Museless ya lo ha hecho). Si todavía no les has dado una escucha, aún estás a tiempo de cambiar tu planning de horarios en el festival. Y sí, agobiarte todavía más.
Museless – Dichotomic History
A pesar de la portada al óleo, bastante clásica en su estética, tranquilos, la barcelonesa sigue enfrascada para bien en su jugoso pop electrónico de aires futuristas (pero por momentos también con sabor retro). Recupera sus dos singles del pasado año, Frozen heart y el maravilloso ying-yang sonoro que es Skyscraper, que quedan bien encajadas entre las nuevas canciones, conformando un disco ciertamente heterogéneo pero perfectamente cohesionado, donde lo gélido y lo humano se dan la mano.
Aparte de sus temas antiguos, el disco está repleto de joyas, como la más ambiental Ho-He Sin olvidar Fiesta nocturna, el retorcido synth de Hybrid, el desparrame retrowave de Dare you, el espíritu ravero de Pick color, o la suciedad electrónica de Última guardia. Y no hay que olvidarse de Fiesta nocturna, donde canta en español por primera vez, haciendo gala de esa interpretación tan Rosenvinge, donde además muestra su lado intimista, como también sucede en otro tema del mismo corte, Bloody. En su conjunto tenemos un trabajo completo que reafirma que la electrónica nacional femenina está «on fire» (Bflecha, Ylia, Awwz, NOIA).
Puntuación: 8
Pond – The Weather
Tras tres discos la banda australiana ha obtenido su (por ahora) pico creativo con un disco que gustará a los amantes de la psicodelia y experimental, pero también del pop bien hilado. Empezando por una enorme 30000 megatons, que a base de ráfagas de indudable belleza sonora cautiva desde la primera escucha. Después en Swep me off my feet se meten en terrenos donde las comparaciones con sus compatriotas Tame Impala resultan inevitables (Kevin Parker era miembro y ahora les produce), pero salen muy bien parados. En la delicadeza pop de Paint me silver se alejan de ellos y enamoran al más escéptico, al igual que en la synth y agradecidamente horterilla Colder than ice, que trata, básicamente, de drogas.
Edge of the world, Pt. 1 es una maravillosa marcianada que continúa más adelante en una segunda parte que es una alucinante odisea espacial, aunque ambas tratan sobre los problemas sociales de su país. La vena rockera más desfasada la cubre A / B, pero solo su primer tercio, porque después desemboca en una bonita balada a piano. Y con The weather, a pesar de su grácil tono y sonido, trata sobre el racismo de Austrlia. Un par de temas se quedan como relleno (de lujo, eso sí), pero el disco es un diamante que incluso aunque conceptualmente sea muy local, y por ello entender algunas letras pueda costar (además de que resultan bastante crípticas), se puede ser disfrutar con algarabía y fruición.
Puntuación: 8,5
Kelly Lee Owens – Kelly Lee Owens
Quien eche de menos a la Grimes más experimental y menos pop, descubrirá en la galesa una más que digna alternativa, enfocada sobre todo en un sonido más etéreo y envolvente, con un puntito de misterio e incluso turbiedad. La apertura, S.O, es el mejor exponente de esta descripción, que sigue en Arthur y Anxi., esta última con Jenny Hval. También del estilo, pero emparentándose con una imaginaria Enya más electrónica, estaría Lucid, que termina sobre la pista de baile, momento que se extiende en el más evidente número bailable estilo tech house que es Evolution y más adelante CBM.
Menos opresiva y oscura en su comienzo en Bird, aunque después los bajos suponen el fin de paraíso y eclipsan al resto de elementos. A pesar de ello la luz invade el tema más Grimes del disco, sobre todo en lo que se refiere a melodía e interpretación, Throwing lines. Desde un prisma más emocional, con Keep walking y 8 se cierra un álbum que no pretende descubrir la pólvora, pero que goza de una personalidad definida y que presenta un nebuloso universo ciertamente irresistible.
Puntuación: 7,8
The Magnetic Fields – 50 Song Memoir
Con 69 Love Songs en la memoria, no sorprende que Stephen Merritt se haya lanzado a la piscina con otro disco de carácter tan extenso. Pero no es largo «porque yo lo valgo» (bueno, en realidad él lo vale), sino que cada canción corresponde a un año de su vida. Y aunque de primeras pueda parecer una epopeya inabarcable, nadie exige empacharse a base de zampárselo todo de una vez. Incluso casi lo mejor, antes de recurrir a la versión resumida, disponible en Spotify, es dividírselo como haríamos con una serie, porque además está dividido en cinco discos. Una serie de corte biopic, por supuesto.
El primer disco mezcla la inocencia de la infancia con la perspectiva de la edad, tratando temas familiares o culturales de aquellos años mozos. El segundo mira hacia el descubrimiento de lo que sería su gran pasión, la música: escuchándola, tocándola, descubriendo el mundo de la noche, etc. La veintena, que ocupa el tercero, rezuma ambigüedad, confusión e incluso decepción en una edad donde prometen que despegarás y luego se estrellas. En el cuarto el amor (y desamor) y lo sexual cobra mayor importancia, también con menciones al 11-S. El último es posiblemente el más variado, quizás por lo reciente (del pasado normalmente contamos con una visión más general). Toda una odisea musical que es de agradecer en tiempos como hoy y que, a pesar de ciertos altibajos, confirma a Merritt como uno de los talentos de su generación con un genio que sigue latente y que en un futuro posiblemente seguirá.
Puntuación: 8