Especial reseñas: productores con solera, estrellas con pegada
El concepto productor de éxito más estrella del pop, hip-hop o equis género está a la orden del día. Pero por desgracia a veces prima más la personalidad de las segundas y los discos suelen pecar de incoherentes o impersonales, aunque por suerte siempre dejan algún que otro hit. En estos tres casos hay que admitir que, además de buenos trabajos, estos magos del sonido han sabido transmitir su personalidad sonora, por lo que, esta vez, estamos de suerte.
Calvin Harris – Funk Wav Bounces Vol. 1
Nadie ponía en duda la eficacia del dance machacón del inglés, pero en los últimos tiempos la fórmula se repetía más que el ajo, así que se agradece este cambio de registro, o más bien regreso a sus inicios funkeros. Y posiblemente sabía que la jugada le iba a perjudicar comercialmente, y aun así decidió volver a los setenta, pero mirando siempre hacia el presente, y muchos importantes nombres han decido apoyarle. Se trata de un disco perfecto para el verano, como bien reflejan su portada o las de los singles y el vídeo de Feels; y, quizás debido a ello resulta algo intrascendente y puede que en otoño hayamos pasado página (aunque quién sabe si los singles mantienen el interés). Sin embargo canciones como soles hay unas cuantas.
Los cuatro singles, especialmente Slide de Frank Ocean y Migos y Heatstroke con Ariana Grande y Pharrell Williams, se presentan como irresistibles y refrescantes mojitos musicales: de primeras parece que no suben, pero terminan por poseerte y lo acabas dando todo. Es probable que a algunos el mismo ritmo funky que comparten estas canciones les resulte demasiado homogéneo, pero otras como Skrt on me, junto con Nicki Minaj, que es pura exuberancia, o la deslumbrante (quién lo iba a decir) balada final, Hard to love, con la voz de Jessie Reyez, aportan las dosis suficientes de variedad entre tanta bola de espejos girando.
Puntuación: 7,2
Cashmere Cat – 9
Al noruego es fácil etiquetarle como productor comercial (solo hay que ver buena parte de las colaboraciones de este disco o las producciones previas), pero a diferencia de otros que se les podría tildar de cobardes y adocenados, él suele aplicar un diseño de sonido que se sale de los cánones de la industria, dejando constancia de que no hace falta ser zafio o evidente para ganarte al público. Incluso se puede hasta seguir modas, como el tan explotado tropicalismo, y aportar una pátina de novedad, como sucede en la sensual Quit junto a Ariana Grande.
Sin embargo el productor ha ido más allá e incluso se ha permitido el lujo de experimentar lo que ha querido. Lo deja patente en los cuatro primeros cortes, aunque en algún caso no pasan de la mera curiosidad, como en Wild love de The Weeknd y Francis and the Lights, que podría haber sido un baladón moderno a la par que épico, o cuando se codea con SOPHIE y perpetran una histeria sonora de la talla de 9 (after Coachella). Así, aunque los experimentos demuestran su valía como productor (y hay brillanteces como Victoria’s veil), a veces resultan demasiado dispersos, por lo que su faceta pop se antoja como la más agradecida.
Puntuación: 6,5
Mura Masa – Mura Masa
El productor de Guernsey tampoco abandona la moda tropical, pero no se corta a la hora de darle una vuelta de tuerca en temazos como What if I go con Bonzai, Firefly con Nao o uno de los hits del año, 1night con la omnipresente Charli XCX. No obstante él es un todo terreno y también le da de lo lindo al hip-hop futurista junto a A$AP Rocky en la ya antigua pero igualmente grandiosa Love$ick y en All around the world con Desiigner (algo menos inspirada, eso sí). El funky tampoco se le escapa en Messy love, en este caso cantando él mismo, y Nothing else!, donde se acompaña de Jamie Lidell, o el UK garage en Nuggets, en la cual no resulta descabellado visualizar a la primera Katy B.
Christine and the Queens en Second 2 none se desenvuelve mágicamente entre la belleza de la estrofa y la descolocada tensión del estribillo, aunque el baladón del disco es la emocional What is it gonna B, protagonizada por A.K. Paul. Y hasta la inclasificable Helpline deslumbra. Quizás solo la esperada colaboración de Damon Albarn, Blu, se queda a medio gas, pero tampoco desluce un conjunto de excelentes canciones que, a pesar de cierta heterogeneidad, resultan coherentes teniendo en cuenta la esencia del productor.
Puntuación: 8,2
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jarto
No tengo demasiados prejuicios musicales en lo que se refiere a géneros, unos me gustan más que otros, sin más. Lo que más me tira para atrás es la pretenciosidad, y más si resulta fallida. Hablando en plata, sin mamoneos, porque ya hay bastante en el mundo para que además pervierta lo que más queremos: la música.