Especial reseñas: 5 discos que no debes obviar (septiembre 2017)

kedr

Kedr Livanskiy – Ariadna

El que fuera nuestro EP favorito de 2016 ya tiene continuación en forma de álbum (aunque en minutos no disten demasiado) y no decepciona. Manteniendo su ambigua seña de identidad ambient house, por llamarlo de alguna manera, esta vez también afina su faceta más pop, como en el precioso single que da nombre a la obra. Pero que sus fans no desesperen, que resulte más accesible, no quiere decir que la hayamos perdido: ella sigue cantando en ruso y la manera en que retuerce la electrónica, tomando influencias del underground de su país, no ha perdido fuelle.

Desde el IDM vintage del mentado tema, Sunrise top y Zak oknom vesna, al ambient más puro en Sad one y Mermaid, pasando por la locura que es ACDC, que mezcla spoken con breakbeat y techno, todas las canciones se imbuyen en la electrónica más cruda. Sin embargo, gracias a la etérea interpretación de ella, se produce un contraste entre belleza y aspereza que es complicado que deje indiferente a alguien. Así que se confirma, a pesar de cierto acercamiento al pop, su música no está hecha para todo el mundo. Y quizás por provenir de un país del que sabemos tan poco culturalmente como Rusia, nos resulta más excitante de lo que realmente es, pero, ey, esa es la actitud occidental.

Puntuación: 7,8

Oscar and the Wolf – Infinity

Sin alterar casi la hoja de ruta de su debut, el belga vuelve a la actualidad con un disco que, si no fuese por su origen, sería una de las sensaciones indie-comerciales del año. Tiene potencial para llenar grandes recintos (en su país ya lo hace) gracias a composiciones que poco tienen que envidiar a un The Weeknd, aunque sin que su r’n’b desprenda ese tufo a heterosexualidad rancia. Y, a pesar de la portada y algunos temas, no siempre resulta tan oscuro e intrigante.

La sensualidad o más bien sexualidad de So real, el sedoso funky de Breathing y el aire a los primeros Phoenix en Running fueron excelentes cartas de presentación, pero por suerte los aciertos no se quedan ahí. Los ritmos pseudo raggae de Exotic, el pulcro dance-pop de Fever, el exotismo estilo r’n’b made in Santana de Susato, la intensidad synth r’n’b de Touchdown o la balada a piano en la onda de James Blake (salvando distancias interpretativas) Queen ponen de manifiesto que, defendiendo el espíritu del proyecto, Max Colombie es capaz de tocar diferentes palos. ¡Hasta el tropicalismo de Honey no da grimilla! Quizás al conjunto únicamente le falte cierta presencia y garra que posiblemente en directo se compense.

Puntuación: 7,5

Rostam – Half-Light

El ex-Vampire Weekend ha recopilado en su disco de debut varias canciones publicadas desde hace tiempo hasta la actualidad, pero también se vislumbran vestigios de su antigua banda e incluso de trabajos con otros artistas. Así el disco se puede percibir como un repaso a su carrera, pero con las suficiente dosis de novedad y frescura para no pecar de déjà vu. Porque resulta más que evidente que hace gala de una personalidad musical realmente definida, incluso vocalmente, cuando casi siempre ha estado en la sombra.

Su herencia india de Wood y When, la nana experimental de Never going catch me, esa mezcla entre Se a vida é y Sleigh bells que es Don’t let it get to you, el rollito Animal Collective de Sumer, o el trap meta-aututneado de Hold you (en contraste con la angelical voz, nunca mejor dicho, de Angel Deradoorian), aportan variedad a un disco donde lo que priman son bonitas baladas. En este tipo de temas, como EOS, Rudy, I will see you again o Gwan, entremezcla instrumentos orgánicos con arreglos electrónicos que acompañan unas preciosas composiciones que siempre van directas al corazón. Es el disco perfecto para el comienzo del otoño (si es que alguna vez comienza): sutil, grácil, dulce y tremendamente entrañable, en el mejor de los sentidos.

Puntuación: 7,7

The Horrors – V

Cuando una banda de rock, en cualquier vertiente, deriva su sonido hacia derroteros más electrónicos, los fans suelen echarse las manos a la cabeza. Pero sin duda los fans del quinteto «darks» ya no tan «darks» deben de destacar por su mente abierta, ya que hasta un tema medianamente dance como Something to remember me by, con ramalazos a Cut Copy, ha gozado de excelente aceptación. También influye que el resultado es deslumbrante y su esencia se mantiene intacta. También ha tenido que ver que por lo general los arreglos electrónicos introducidos siguen un patrón entre industrial y darkwave, en la línea de los adorados y también «darks» NIN, por lo que todo cuadra.

El primer single, Machine, era un refinado ejemplo de ello, y World below sería el himno perfecto de Trent y compañía si hubiesen nacido en las islas, pero hay más. Hologram engloba electro, dream pop y distorsiones varias y que como número de apertura que quita el hipo. Un puntito más setentero tiene Press enter to exit, mientras que a la contención inicial de Ghost le sigue un despliegue sonoro enardecedor, y Weighed down, a pesar de las apariencias, se trata de una power ballad como la copa de un pino. Nadie esperaba un golpe sobre la mesa tan contundente.

La banda estará actuando en la Apolo de Barcelona el 12 de diciembre, el 13 en la Moon de Valencia y el 14 en la But de Madrid (este dentro del ciclo SON Estrella Galicia).

Puntuación: 8

Alvvays – Antisocialites

«¡Que el verano no termine nunca!» es lo que parece gritar el segundo álbum de la banda. Sí, pero un verano en la intimidad, solo con la gente cercana, sin masas en festivales, playas y zonas turísticas. Porque como alude el título, ellos (no son millenial) no quieren socializar; representan a ese concepto de geek algo marginado con un puntito cool, pero sin pretensiones, que forma parte del imaginario yanqui de instituto, aunque quizás con un aire más adulto, más veinteañero.

Con la misma duración que su predecesor, 32 minutos, los norteamericanos vuelven a reafirmar su papel en el indie pop de guitarras contemporáneo. Aunque Undertow y Dreams tonite, excelentes primer y segundo single y temas de apertura, disfruten de un sonido más expansivo, hasta dream pop, le siguen Pimsoll punks, que, como se puede esperar a raíz del título, aporta suficientes guitarrazos para despertarse de golpe de cualquier sueño. Your type sigue la misma estela, más punk en realidad, al igual que Hey y Lollipop. ¿Creíais que por ser unos antisociales iban estar todo el día tirados? Pero es que las baladas y medios tiempos también son la monda, repletos de sensibilidad y sin provocar diabetes, con letras sencillas, cercanas y deliciosas. Y las melodías!, qué melodías! Uno de los discos de 2017.

Puntuación: 8,2

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