Especial reseñas: chicas poptrónicas
Los sonidos de corte electrónico no distinguen entre sexos, y tanto hombres como mujeres en infinidad de géneros han hecho uso de ellos desde que se dieron los primeros pasos. Sin embargo si hablamos de pop, ellos no suelen querer ni olerlo por ciertas arcaicas razones (por suerte cada vez menos). Así que ellas dominan un ámbito donde el público LGTB y sobre todo gay suele autoproclamarse con la base fan más amplia, y celebran (celebramos) discazos como los cuatro aquí presentes.
Allie X – CollXtion II
Tras un debut tan adictivo como CollXtion II, la fan número uno de Rupaul Drag Race vuelve con su segunda parte tras año y medio publicando singles a diestro y siniestro. Algunos los ha incluido, como la adorable That’s so us, y otros tan acertados como Too much to dream ha prescindido de ellos. Sin embargo hay una razón: no le faltan los hitazos. Y esta vez se ha volcado si cabe todavía más en el concepto pop, por lo que quizás se echa de menos algo tan experimental y a la vez tan pop como Bitch, su tema de culto.
Una canción como Vintage tan encantadora como la primera Gwen Stefani, un empleo tan inteligente del silbidito en Paper love, los aires reggae de Lifted o la moñez pasada por el autotune de Need you son sabrosas chucherías pop que la están consagrando como diva alternativa. Este buen hacer también pone de relieve una vez más la injusticia de una industria que no apoya productos de tan alto nivel y con tremendo potencial comercial como este. Quizás porque no cumple con las dosis de guarreo y estandarización necesarias para una popstar mainstream. El mundo se lo pierde, nosotros seguro que no. Esperando ya CollXtion III.
Puntuación: 7,8
Marnie – Strange Words and Weird Wars
Ladytron sigue en letargo seis años después de su último disco, y su líder ya va por su segundo disco en solitario. Por ahora no parece echar de menos su proyecto primerizo, y su carrera como artista independiente se consolida en este nuevo lanzamiento, donde de nuevo perfila todavía más su faceta más pop. Tanto, que los antiguos fans de la banda se pueden quedar en shock con temas tan libres de prejuicios y desenfadados como G.I.R.L.S., que en el fondo es un temazo. Sin embargo tampoco se sentirán tan incómodos con un hitazo como el primer single Alphabet block, la contundente Lost maps o Electric youth, esta última con un toque más oscuro, al menos en la estrofa. Y es que no es la única canción que en el estribillo lanza un haz de luz que contrasta pero conquista.
Invisible girl es el ejemplo más evidente de esta tendencia, que vuelve a ser todo un punto a su favor. Por supuesto los ochenta planean en buena parte de largo, pero sin oler a naftalina, como en Little knives, que aparte de ochentera recuerda también a Sweet dreams, pero la de Beyoncé, no la de Eurythmics. Solo A girl walks home alone at night podría pasar por tema de Ladytron, a menos de su última época, y podría haber estado incluido en Gravity the Seducer, por su carácter expansivo. Así que nada de pedir perdón a sus antiguos fans: de la «p» a la «p», pasando por «o», «pop» con todas las letras y sin culpabilidad alguna.
Puntuación: 8
Plaitum – Constraint
Aquí hay un poco de truco, ya que son chica y chico, pero es ella, como sucede por ejemplo en Goldfrapp, la que manda. Abigail Dersiley lleva la batuta de un proyecto enfocado hacia el synth pop con una importante carga de witch house. Sí, ese sonido enardecedor y oscuro recuerda a los primeros Crystal Castles, pero con una mayor presencia vocal y un componente pop mucho más definido, no tan bailable y con un punto trap en sus bases. La fórmula, sin resultar 100% original y aunque veces peca de reiterativa, por lo general funciona de lujo, lo que ya comprobamos en sus primeros dos EPs, de los que por cierto han tomado cuatro temas, donde explotaban esa faceta emo a través estructuras melódicas pegadizas pero para nada simplistas.
Más comedidos, hasta intimistas, y sin tanto fuego artificial se muestran en Yearning y Eagle, y afinando su vena trapera en Still in the water, pero en Realing, Woeful y Ovation vuelven por los mismos derroteros antes comentados. Así es cierto que se desprende cierta homogeneidad que puede espantar a alguno, pero por lo general estamos ante canciones tan potentes a nivel sonoro, melódico e interpretativo que de alguna manera se compensa este inconveniente. Si los últimos Crystal Castles te resultan algo descafeinados, dales una oportunidad a estos londinenses.
Puntuación: 7,5
Charli XCX – Number 1 Angel
El concepto mixtape se ha desvirtuado bastante, y la inglesa ha contribuido a ello, pero no importa, porque se podría considerar como un disco con todas las de la ley y sus fans tan contentos. Y por eso no nos encontramos ante una obra deslavazada o repleta de descartes como podría sugerir el formato. De nuevo apuesta por los sonidos electrónicos desde un prisma pop’n’b de la fábrica PC Music (parece que la etapa rockera de Sucker ha pasado definitivamente a mejor vida) y se ha rodeado de chicas como MØ, ABRA o Uffie, con las que comparte espíritu popero, pero también algo más transgresor que la media mainstream (lo que tampoco es decir demasiado).
Hay temas reguleros como Roll with me o White roses, obvio, pero se compensan con joyitas como la trapera Dreamer, el club banger Roll with me, 3AM y sus tintes dancehall, la romanticona, que no ñoña, ILY2, o la buenrollista y sensual Babygirl. Una colección de canciones variadas pero cohesionadas y sobre todo con personalidad; porque da igual quién produzca su música, si se muestra rockera, dark synth o hiphopera, sus señas de identidad se mantienen intactas. La modernidad pop pasa por ella.
Puntuación: 7,8