Especial reseñas: EPs que se iban a quedar en el tintero (I)

fishbach

Panama – Hope for something

Desde que comenzó su andadura allá por 2012, Jarrah McCleary no ha publicado un solo álbum, y no parece que a día de hoy le apetezca; y es que este año ha publicado un nuevo corto a añadir a su colección de estos y singles. Sigue explotando esa morriña de un atardecer del final del verano, cuando ya toca ponerse una sudadera porque el triste otoño se acerca. Pop tropical-nostálgico sería la etiqueta ideal para sus canciones, como en la esperanzadora canción titular, y su riff de piano casi tan adictivo como el de su mayor éxito, Always. La melancolía de The highs termina en la pista de baile y es todo un puntazo, y Undertow se presenta como todo un grower, mientras que el synth funk de I watched you slip es tan simplona como adorable. Quien busque algo más trascedente, que opte por otro artista, porque su pop evocador quizás no haya sido facturado para durar, pero seguro que te acompañará algún que otro verano.

Puntuación: 7

Loof – Flash the Massive

Como un mensaje proveniente del espacio exterior comienza el EP de debut de Iván Dueñas dentro del sello Log Lady Records de Andrés Costureras (Pshycotic Beats). Después continúa con Killing time, que podría ser un cruce entre Depeche Mode y Nine Inch Nails en clave más etérea. Y todavía más Trent y los suyos se muestra en Out of my way, que incluye además una toma vocal claro homenaje a la estrella (¡cuánto NIN en este especial). La pista de baile se queda casi en oscuridad absoluta con un aura ligeramente púrpura en Alienated, en donde lo poco que puedes atisbar son los contornos de aquellos tan perdidos como tú, pero que no pueden dejar de moverse con su ritmo sincopado. Así que, lo que tenemos entre manos, es una obra que marca la diferencia dentro del panorama electrónico nacional.

Puntuación: 7,8

Nine Inch Nails – Add violence

Resulta extraño que una banda de culto publique en un formato tan denostado como el EP y no un álbum, y más si se trata de una trilogía. Y es que Trent y los suyos tampoco son lo que se puede decir del montón, y la comercialidad se la pasaron por ahí hace mucho (según declaraciones quería crear una obra «fea y poco amigable»). Y este segundo EP es además mucho mejor que el anterior. Empieza con un Less than que se perfila como uno de los mayores trallazos de sus últimos años. Le sigue la sobriedad en tensión de The lovers, que será un tema con menos gancho que el previo, pero deja huella. This isn’t the place podría ser un inspirado homenaje a Bowie y sonar en el Bang Bang Bar de Twin Peaks (de hecho actuaron ahí en la reciente tercera temporada). Not anymore juega de manera acertada con la típica dicotomía entre calma y tormenta, y en la envolvente The background world podrían haberse llevado por delante cinco minutos de puro ruido, que tras el primer minuto no aporta demasiado. Pero no lo han hecho, porque había que cubrir el cupo de «feo y poco amigable»; y es que, en lo que se refiere al resto, desprende puro magnetismo.

La banda forma parte del cartel de Mad Cool 2018.

Puntuación: 8,5

Fishbach – Un Autre Que Moi

Por si no os acordáis, hace unos meses la incluimos en nuestra sección «En el punto de mira» tras presentarse con un par de grandes singles que ha incluido en este EP. Un autre que moi se ha terminado convirtiendo en uno de los hits indies (y no tan indies) cantados en francés del año, y por algo será. Y crois-tu es muy Woman in love de la Streisand en su estribillo, con pátina synth en la estrofa, y 100% adictivo (¡ese final de monosílabos!). ¿Los otros dos temas? No tan efectivos, pero sí inspirados. Invisible désintégration de l’univers se trata de un tema lineal pero muy evocador y en Night bird registra una interpretación más agresiva con una base totalmente kraut. Este año también ha publicado disco, pero no lo hemos podido paladear por estos lares. A ver si hay suerte en 2018.

Puntuación: 8

Shy Luv – Shock Horror 

No uno, sino dos EPs han presentado durante su puesta de largo durante este 2017 este dúo de Manchester, amén de varios singles que además ni han incluido en ninguno de ellos (entre ellos el hitazo Time). Nos quedamos con el primero, que se abría con Don’t let me down, un numero ambient con un halo ligeramente noise que derivaba en hip-hop de la vieja escuela. Y es que los sonidos negros de origen setentero les pirran, como en el funk estilo Chromeo en la adictiva Shock Horror. Y Joy rider, siguiendo un patrón similar, pero más plana, en el mejor de los sentidos, tampoco se queda lejos. Y la balada Nightingale utiliza las voces distorsionadas en clave bebé psicópata tan en boga en el pop actual, pero les da una vuelta de tuerca, y la canción además incluye interesantísimos giros de guión. Un corto adictivo y muy «classy», pero con miga.

Puntuación: 8,2

Danny L Harle – 1UL

No parece que el segundo EP del miembro de PC Music este funcionando tan bien como sus singles sueltos (solo hay que echar un ojo a sus temas más escuchados en Spotify). Quizás influya el hecho de haber prescindido en esta ocasión de voces reconocibles como la de Carly o Caroline. Y sin embargo sus temas están a la altura de los que participan ellas, empezando por ese pepinazo dance que da nombre al EP y que podría colar en Máxima FM. El concepto baladil, aquí en Heavy eyelids, que podría suponer un lastre para un productor como él, se erige como todo un acierto ante esa perfecta mezcla entre delicadeza y artificialidad. Y el pop robótico en su máxima expresión de Me4U, la más deudora de su sello, nos recuerda porque, aunque hayamos acabado algo saturados de su receta, siempre hay ese «algo» mantiene su carácter irresistible. Hasta Happy all the time, que de primeras parece un remedo de Supernatural, se termina ganando nuestra simpatía (aunque la interpretación podría ir más acorde con el tono).

Puntuación: 7,2

Vorhees – Black Horse Pike

EL proyecto de Dana Wachs (que ha sido ingeniera de sonido para St. Vincent y Deerhunter) podría emparentarse con Kelly Lee Owens, que este año ha sido una de las grandes sorpresas, gracias a su synth pop de tinte más experimental y elevado. Obviamente este EP no ha calado como el álbum de esta, y sin embargo en el primer lanzamiento de esta neoyorquina se atisban momentos de grandeza que solo necesitan un pelín de tiempo para pulir la fórmula. Como mejor exponentes está el tema homónimo, que se acerca a la indietronica (que parece que vuelve fuerte) y donde mejor expone sus dotes interpretativas. En Millie’s pinky se podría acercar, salvando las distancias, al mejor Eno de los setenta y en Activity se codearía con una Björk menos barroca y espesa (si eso fuese posible).

Puntuación: 7

Miami Horror – The Shapes

De este cuarteto nunca se espera un resultado trascendental, pero si total y absolutamente disfrutable. El ejemplo más claro si sitúa entre Peter Gabriel y Talking Heads, mucho más festivos y desenfadados, eso sí, en Sign of the times, y el funky de Trapeze puede competir perfectamente con lo último de Cut Copy. Leila, el mayor éxito del corto, podría haber sido el himno de la jarana de muchos durante sus vacaciones. Y para exótica Azimba, que por momentos se acerca a la parodia, pero que resulta irresistible al final. Quizás se eche en falta cierta heterogeneidad en su sonido, porque Dark love ya suena reiterativa. Y por supuesto Leila en español es un gran WTF que además te exige afinar el oído para poder entender algo. Sin embargo con un EP tan colorido como sus atuendos en la portada tampoco se pueden poner demasiadas pegas, así que, si se te pasó el pasado verano, quizás te sirva también para el siguiente.

Puntuación: 7,2

LAS VVITCH – BRVJAS

Este mes de diciembre LAS VVITCH daban su último concierto con la formación tal como la conocíamos, y quedará por ver qué forma toma el proyecto ahora. Precisamente venían de dar un paso más publicando, a final de verano, su primera mixtape, “BRVJAS”, en la que descubrimos un sonido mucho más pulido y limpio – al tiempo que Las Vvitch crecían, también lo hacía la maestría de Eric Nagel, aka REALX, productor de la mayoría de temas incluidos en la mixtape –, como el caso de su reggeatón feminista, CUCU, que nos invita irremediablemente a bailar, o el último single, la homónima BRVJAS que, por si era poco, cuenta con un remix de Jeff Ellis (ingeniero de mezcla de Frank Ocean y ganador por ello de un Grammy en 2013). Pero más allá de su producción, lo que convierte a estas brujas urbanas en necesarias para la música actual, para la escena más alternativa y joven, son sus letras, críticas y comprometidas pero frescas y hasta divertidas. Sea cual sea la trayectoria que tomen, esperamos que Las Vvitch sigan repartiendo leña al heteropatriarcado a golpe de verso y culo.

Puntuación: 7

Sant Miquel – Sant Miquel

“Lo bueno, si breve, dos veces bueno”, me decían, pero nunca sabré si eso se cumple en el caso de Sant Miquel. Este segundo EP del mallorquín, homónimo si lo escuchas en streaming, y al que él mismo llama “el cançoner de Sant Miquel” pero que en su versión física es titulado “S/T” – por cierto, preciosidad de diseño, el vinilo -, vuelve a dejarte con ganas de más, como ya sucedió con su primer trabajo o como comprobamos cada vez en sus tímidos directos. Sus canciones no llegan a los 3 minutos, y cuando crees que empiezas a entrar en su mundo, en ese imaginario cargado de símbolos que, como pasara con los grandes poetas españoles de antaño, parecen solo tener sentido si los estudias en conjunto, la aguja se levanta, el disco deja de girar y el nuevo-nuevo flamenco se calla. Lo popular, lo folclórico, se pasea agradablemente un segundo por tu oído y al siguiente te deja con todo el peso, toda la carga dentro. Has sentido la soledad pero también la compañía de una guitarra que apenas precisa de nada más, y de una voz que no quiere adornarse, a la que le basta con entonar mínimamente y que parece venida de otros tiempos. Desprovisto ahora del ruido constante, cálido, analógico de su debut, intuimos en esta ocasión la búsqueda de una mayor precisión instrumental, perdiendo así, por poco, un algo de natural, de cercano e íntimo. Sant Miquel se sigue empapando de lo más bravo de la lírica española, y eso se palpa, sin verse, en el misticismo que desprenden sus letras, cada vez más enrevesadas y maduras, más lorquianas, menos Astrud (si es que algún día esa comparación tubo sentido). Sant Miquel no tiene prisa en construir su iglesia, la iglesia del dos-veces-nuevo flamenco.

Puntuación: 8

jarto & Alverd Gual-Cibeira

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