Todo nos parece una mierda: la trifulca entre Radiohead y Lana del Rey (y sus fans) (actualizado)

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Qué mejor que comenzar un año nuevo y ya de paso estrenar sección que quién sabe si tendrá continuación. Aunque seguro que sí, porque de mierda el mundo de la música va sobrado. Y la movida, el movidón de la semana, y posiblemente del mes, y quién sabe si de todo 2018, recae en Radiohead denunciando a Lana del Rey por plagiar Creep, el mayor hit de los ingleses, en Get free, tema que cierra el genial Lust for Life. Ella les ofrecía el 40% de los beneficios, aunque alega no haberse inspirado en la canción, pero ellos solo aceptan un 100%. A partir de aquí, por falta de acuerdo, el asunto se resolverá en los tribunales. Y, efectivamente, todo se acerca al despropósito más absoluto, más casi todo lo que lo rodea.

De primeras me pregunto, sin ser yo un experto en derechos de autor ni nada de eso: si en su momento, hace más de veinte años, se acreditó en Creep a Albert Hammond y Mike Hazlewood por el parecido de su estrofa a la de The air that I breathe, éxito que escribieron para The Hollies, ¿no sería lo lógico que fuesen ellos dos los que denuncien a Lana? Porque si la estrofa de Get free recuerda a otra estrofa, es a la de los años setenta. Al estar acreditados en Creep, si Radiohead ganan la demanda Hammond y Hazlewood se llevarán un porcentaje de las ganancias. Sin embargo para ojos del mundo parece que Thom Yorke y Jonny Greenwood son los autores originales del tema, ya que por lo general la historia no se conoce en exceso, y Lana queda como la usurpadora mayor del reino (que un poco lo es).

Resulta curioso que hasta la gira de hace un par de años, Yorke y cia. siempre habían marginado Creep, y ahora parece que es la niña de sus ojos, tanto que hasta están actuando de una manera inusitada que ciertamente contrasta con su comportamiento habitual. Nunca se han vendido como avariciosos y Thom Yorke, sin el tufo mesiánico de Bono, siempre ha mostrado un lado altruista. Resulta comprensible que si Hammond y Hazlewood por equis motivo no quieran denunciar (quizás ya les salga el dinero por las orejas y son demasiado mayores para embarcarse en pleitos), que lo hagan Radiohead, porque tampoco son una ONG y quizás por la idea de hacer justicia. Sin embargo, y aunque el reparto de beneficios obviamente sucederá si ganan (habría ver en qué porcentaje también), ¿por qué exigir el 100% de los derechos cuando el resto del tema no tiene nada que ver con el suyo? ¿Daños y perjuicios? Se antoja abusivo y ciertamente absurdo. O como diría una amiga mía: tienen el coño como una catedral.

Parece que detrás de todo esto también se vislumbra la enésima lucha entre la «música de verdad» y el pop comercial (como si Lana fuese Britney, con todos los respetos a Britney). Eso es en parte lo que se está leyendo por aquí y por allá en la red, donde muchos fans, pseudo fans de la banda o simplemente conocedores de Creep están defendiendo esta acción frente a una artista que muchos ni conocen, pero que, eh, hace pop, y entonces no merece ni un mínimo de respeto. Y aunque nadie lo reconozca, además es mujer. Y es que ya se sabe que esta sempiterna batalla suele apestar a machismo que tira para atrás. Lo gracioso es que la mayoría ni conocen la historia real y se desprenden amplias dosis de prepotencia entre muchos comentarios. Por suerte cada vez son más los que descubren ese origen de Creep, por lo que también se están aireando opiniones más razonadas poniendo en duda la ética de Radiohead, por lo que, sin hundirles en la miseria, algo de factura puede que les pase.

Los fans de Lana también tienen lo suyo, por supuesto, porque incultura hay en ambos bandos, y no resulta complicado leer inconcebibles «quiénes son estos» o comparaciones entre ambos respecto a posiciones en listas y demás zarandajas que solo a ellos importan (como si ella desde su debut no haya ido cuesta abajo y sin frenos en ventas). También resulta inverosímil que Lana, incluso aunque no se percatase del parecido a la hora de componer, no lo hiciese a posteriori, ya sea por cuenta propia o porque alguien se lo comentase. Y es que las similitudes se antojan demasiado evidentes para obviarlas.

A pesar de ello son Radiohead a los que se les ha ido la mano a todos los niveles, y resulta más fácil posicionarse del lado de Lana, a pesar de que la situación se acerque al típico «¿a quién quieres más, a papá o mamá?». En un mundo feliz lo lógico sería que antes de llegar a juicio pudiesen alcanzar un acuerdo, pero, tal y como van los ingleses, a tope y sin remilgo alguno, no parece que esta vaya a plantearse como alternativa factible. Y habrá que ver lo que se alarga el asunto, porque no sería de extrañar  que la sentencia final no llegase hasta 2019. Vamos a tener un año bien llenito de mierda para ambos y para nosotros, que tendremos que aguantarlo. Porque fijo que no será tan entretenido como un capítulo de The Good Wife.

Actualización: un representante de Warner ha afirmado que no hay demanda de por medio y que en ningún momento han pedido el 100% de los derechos. Simplemente llevan en conversaciones desde verano para arreglar el asunto, y poco más. El comunicado original lo tenéis en Pitchfork. Además hay que añadir que hace unas horas Lana había declarado que posiblemente la canción terminase fuera del disco. El resto, en Stereogum. Más despropósito para el que ya teníamos: ¿es Lana una mentirosa?, ¿se ha puesto en modo drama queen para, por ejemplo, dar publi a una gira que caba de comenzar?, ¿o solo ha adelantado futuros acontecimientos? Habrá que esperar a ver qué contesta ella, además de lo que diga Radiohead.

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