5 razones por las que Sigrid debería ser la sensación pop de 2018
En 2017 la noruega Sigrid se dio a conocer gracias al potentísimo pop hit de corte medianamente alternativo Don’t kill my Vibe, que llamó tanto la atención a Lorde que la incluyó en una playlist que le dio todavía más alas a la canción. Aunque hay que decir que ya en los primeros cinco días desde su estreno consiguió más de un millón de escuchas, lo que para un single de debut (internacional, años antes ya publicó alguno en su país) no está nada mal. La mención de la neozelandesa viene al caso porque tiene más de un punto en común con ella, como se comenta más adelante, y quizás por ello, en un ejercicio de ego, es la razón por la que formó parte de aquella playlist.
Volviendo a la escandinava, tras publicar el EP con el mismo nombre que el primer single, que en Musikorner se convirtió en nuestro favorito de 2017, y Plot twist, otro de los temas contenidos, obtuvo casi el mismo éxito que el previo, y también se coló entre nuestras canciones top del pasado año, la semana pasada se llevó a casa el BBC Sound of 2018. Tampoco es que el premio (o cualquier tipo de premio) suponga la repanocha, pero es un reconocimiento más para una carrera en auge que este año se verá redondeada con el lanzamiento de su disco de debut. No se espera que lo pete al nivel de una Ariana Grande, claro, pero sí quizás como su seguidora Lorde. Y hay varias razones que lo justificarían, aunque justo por ellas, ya que el mundo está totalmente «fucked up», lo más seguro es que le cueste lo suyo.
Esa juventud de andar por casa tan urgente y contemporánea
Sigrid podría ser tu mejor amiga, tu ligue, tu hermana, tu vecina. Transmite esa cercanía que muchos detestan en una estrella del pop, a los que les pirra el rollo diva distante y caprichosa. Pero de aquellas ya hay muchas, y no tantas de las de poder cruzártelas en el portal. Como Lorde, aunque quizás sin ese punto raruno (en el buen sentido, que a la neozelandesa la adoramos). Transmite un halo real y palpable de una juventud verosímil, con una actitud directa, fiera, y su vez divertida y encantadora. Una juventud cero complaciente, con las cosas claras. Ella es el zeitgeist de una nueva generación que se desmarca de la estaticidad vital de la anterior. Porque no todo es subir fotos a Instagram.
Toma lo mejor del pop contemporáneo y aporta su propia firma
Hay que reconocer que su sonido no sorprende en exceso respecto al panorama pop actual, y sin embargo toma lo mejor de este y lo explota con sabiduría. Donde sí llama la atención es en esos cambios de rumbo bruscos, casi hasta agresivos (si ella misma ha calificado su música como «agressive pop», por algo será), donde explota la contundencia tanto de la producción como de su interpretación, lo que le confiere una fuerte personalidad musical. Ello no quita que cada una de sus canciones goce de entidad propia, sin pecar de heterogeneidad.
Hasta también convence en un cambio de registro como es Everybody knows, versión de Cohen para la banda sonora de Justice League (que por cierto recuerda al movimiento de Lorde con el Everybody wants to rule the world de world para Los Juegos del Hambre: En Llamas: versión en clave oscura, casi apocalíptica, que rompe con el estilo de una chica pop recién llegada a la industria, interpretada para un blockbuster). Como apunte, en su fórmula se percibe también esa inconfundible huella noruega, lo que nos lleva al siguiente punto.
Su origen escandinavo, promesa de que nunca se traicionará a sí misma
Parece una tontería, pero salvo Zara Larsson, que iba a por lo que iba desde el minuto uno, grandes estrellas tanto históricas como actuales del pop escandinavo no suelen traicionar su espíritu, al contrario de lo que sucede con las anglosajonas, mucho más comerciales en ese sentido y dispuestas a vender su alma al diablo en cuenta el símbolo del dólar asome. Robyn o Marie en Roxette son excelentes ejemplos de ello.
Si se produce algún cambio más o menos significativo en su línea artística, será por decisión propia, no porque provenga del ejecutivo machirulo de turno y se lo imponga; y eso se percibe porque desde el primer momento dejaron patente su honestidad y autenticidad. Tove Lo, por ejemplo, si se pone guarrona, es porque ella así lo ha deseado, y en este caso además se nota a la a legua, porque no se trata del típico concepto de sexualidad yanqui. Quizás por educación y valores, pero así funcionan, por suerte, las popstars escandinavas, y Sigrid no parece la excepción. ¡Viva!
Rompe con el modelo femenino del pop comercial
Aunque es cierto que últimamente las chicas del pop están yendo un poco a su aire, gracias en parte a una actitud feminista que está provocando que el pop poco a poco vaya avanzando en estos términos, todavía en peno 2018 asistimos a esperpentos machistas en una industria que sigue dominada por hombres heterosexuales. Ella, quizás debido una vez más a su origen escandinavo, se aleja de cualquier cliché de la mujer en el pop: su obra no gira alrededor de su objeto de deseo o del sexo, su look no acata las normas no escritas de la vestimenta femenina universal (algunos seguro que la tildan de marimacho), o en sus letras el componente social también tiene su hueco.
Todo hits
Habrá que esperar a ver qué tal se le da el álbum, que es la gran prueba de fuego para cualquier artista pop, y donde la mayoría suelen decepcionar. Pero hay que admitir que por ahora sus cinco canciones originales se podrían encuadrar perfectamente dentro de la categoría de hit. Y es que todas tienen ese «algo» necesario, ya no para triunfar, sino para brillar y enganchar a unos cuantos cientos de miles, quién sabe si millones de personas, que esperarán ansiosos a su siguiente lanzamiento. Así estamos muchos.
Bonus track: es adorable