Alborotador Gomasio – Luz y Resistencia

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Cuando le pasé el otro día La reacción impotente de Alborotador Gomasio a una amiga un tanto pija, me comentó que en cierta medida le gustó, que le recordaba a El Canto del Loco, pero que le parecía demasiado trallera. Es un poco la contradicción de la banda: canciones con mucha pegada y grandes melodías pop como esta, Contra la pared o Hace tiempo que no existimos, que incluso se hacen un hueco en La Ruleta de la Suerte, pero con un sonido quizás demasiado rugoso para el gran público. Una contradicción con la que por otra parte ellos están la mar de a gusto, porque Luz y Resistencia es su tercer disco y la fórmula más o menos se mantiene, y con mucho orgullo.

Sin embargo se perciben ciertos aires de novedad que, sin romper con su esencia, aportan nuevos matices a su sonido, como la ráfaga casi shoegaze para El final de la tarde o incluir una caja de ritmos y arreglos electrónicos en Agosto, bailando el caos (y en el interludio Errores, también). Y no solo es aplicable a nivel sonoro, también de tono y estilo, e incluso de BPMs, como en la balada emocional El sitio donde empezó todo, que podría protagonizar la escena cumbre del próximo éxito del cine adolescente nacional, o el bonus track a piano Gritan sus nombres.

Puede que debido al implacable paso del tiempo, pero este disco no es un pogo constante como sus antecesores, y la rabia se ha contenido en parte, lo que tampoco quiere decir que hayan caído en el aburguesamiento más tedioso, porque incluso en estos temas el sentimiento de urgencia se mantiene. Y por supuesto podemos encontrar varios trallazos guitarreros de tomo y lomo. En primer lugar, obviamente, La reacción impotente, que goza de una de las mejores melodías de su carrera (y que se encaramó entre nuestras canciones favoritas de 2017), y al mismo nivel Parece que no pase el tiempo y Rodeados, que mantienen el brío y la condición de himnos.

Como era de esperar, y es algo por lo que nunca hay que dejar de aplaudirles, sus letras mantienen el gusto por la angustia juvenil marca de la casa (bueno, y no tan juvenil), tan sencillas y poco crípticas como cercanas y cautivadoras, que junto a sus melodías, sonido, personalidad, actitud y frescura deberían propiciar que encabezasen festivales (y aun así todavía tenemos que seguir tragando con Supersubmarina y derivados). Porque otra cualidad de la que también pueden presumir es su directo, que podréis comprobar el 3 de febrero en Café la Palma de Madrid. Si no puedes acudir, siempre te quedará dar botes en tu habitación con este gran álbum.

Puntuación: 7,5

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