MGMT – Little Dark Age
Diez años se acaban de cumplir de Oracular Spectacular, un disco que, a pesar de no estar considerado por la crítica como una obra maestra, el público adoró y supuso un punto y aparte para el indie millennial. Se podría decir que, hasta cierto punto, captó el zeitgeist de su tiempo, o quizás el zeitgeist que algunos hubiesen querido vivir por aquellos años. Un álbum que en el ámbito indie, y no tan indie, conectó con millones de personas, y especialmente gracias a los tres singles de marras, claro. Sin embargo, tan pronto capturaron el espíritu de su tiempo, como hicieron lo que les vino en gana con Congratulations, y ya no te quiero ni contar con su tercer disco homónimo. Siempre resulta encomiable que los artistas arriesguen sin tener en cuenta lo que dicte el mercado, pero en su caso la calidad se vio resentida y se puede afirmar que definitivamente perdieron el rumbo (con MGMT, el segundo tenía aún mucho donde rascar a pesar de todo).
Estos cuatro años y pico de lapsus han servido para entregar un trabajo que, sin contar con los himnos de su debut, sí que resulta más equilibrado que este, y además tomando nuevos caminos sónicos, sin olvidar ese punto freak (cool) y psych que les define. También una cualidad muy suya, y es la contradicción entre sonidos más o menos luminosos con lírica de corte pesimista, aunque siempre con ese punto irónico, se ha visto potenciada; y es que para eso el disco se titula «la pequeña era oscura». Sin embargo el tema homónimo sí que opta por un sonido que, sin rozar lo gótico (por mucho que Andrew se vista y maquille como Robert Smith en el vídeo), sí que se antoja más dark synth que la media. Pero la vigorosa apertura, She works out too much, con la voz femenima similar a un anuncio ochentero, un ritmo funky cafeínico o voces robóticas, es toda una inyección caleidoscópica, aunque trate sobre una ruptura, que por otra parte se produce porque ella va al gimnasio demasiado, ella quiere que él le acompañe, pero él pasa lo más grande (de nuevo: sonido brillante, letra pesimista y a su vez sarcástica).
Este tema es uno de los más evidentemente novedosos, al igual que When you die y su aire a Fleetwood Mac pero pasados de rosca, que también aporta nuevos matices a su sello personal. Me and Michael y su homenaje a los ochenta synth más horteras es todo un highlight del disco, al igual que One thing left to try (ambas podrían formar parte de lo último de Ariel Pink) o Days that got away, que es su manera de encarar el vaporwave (o algo así). Más en su línea habitual está James, una canción descaradamente ñoña, dedicada a James Richardson, guitarrista de sus directos, y que se podría considerar como una coña como la que le puedes hacer a tu mejor amigo, todo con un puntito cabrón, pero también majo y hasta adorable.
Little Dark Age es, así, una estupenda colección de temas, y además un paso adelante que abraza la idea de no poder regresar a los días de gloria de su debut y que más bien se podría considerar como un nuevo renacer. Y lo mejor de todo, sin pecar de forzado o desesperado. Resulta curioso lo que Andrew canta en When you’re small, tema que está íntimamente ligado con su carrera: «When you’re small, you don’t have very far to fall». Porque, a pesar de que no se les ha ido la cabeza en el peor de los sentidos, como sucedió con su predecesor, también se aprecian amplias dosis de libertad creativa, porque en lo que se refiere a conexión con público y crítica, no podían caer más bajo (bueno, o sí) y ello ha propiciado que no se hayan sentido presionados. Sin embargo esta vez han sabido focalizar y conectar mejor con su propia esencia y por ende con un público que ansiaba volver a quererles.
MGMT forman parte del cartel de Mad Cool 2018.
Puntuación: 7,8