¿Han perdido CHVRCHES su mojo pop?

Los adelantos de Love is dead, sin resultar una catástrofe, no han sido lo que muchos amantes de CHVRCHES esperaban. Y no porque hubiesen evolucionado hacia un estilo o sonido completamente distinto, al igual que sucede cuando ciertos artistas y bandas, especialmente rockeros, escogen otras vías, que arde Troya. No, en este caso las quejas no vienen de caprichosos y mentes cuadriculadas (o no tanto como los rockeros), ya que en realidad siguen sonando 100% a ellos mismos. Sin embargo, no se sabe si por la elección de un productor comercial como Greg Kurstin o porque la musa no ha aparecido todos los días, estos singles y buzzsingles, manteniendo su esencia pop, no gozan del «punch» de los de su anterior disco, y especialmente del primero. El pop puro (pasado por la pátina electrónica) sigue ahí, pero el mojo pop, ¿se ha disipado, al menos en parte?

Ahí también radica un error nuestro: los escoceses, aunque indudablemente gozan de un buen puñado de hits, no solo es una banda de hits. Todo lo contrario, estamos ante una banda de discos. A lo sumo, con su debut, The Bones od What You Belive, se les podía considerar tanto de discos como de hits. Sin embargo su continuación, Every Open Eye, comenzaba a funcionar mejor en conjunto que por piezas. Y con este Love Is Dead, parece que esa idea se reafirma todavía más. Y también parece que, a pesar de lo agorero de algunos, las críticas, sin resultar espectaculares, les están acompañado, si no contamos algunas como la de Stereogum, por la que, por cierto, Lauren se ha pillado un rebote de aquí Lima.

Y este momento de ira parece ilustrar de alguna manera la etapa que está viviendo la banda. El carácter combatiente de Lauren es conocido por todos, pero esta vez da la sensación de  que ha meado fuera de tiesto. Siendo artista, hay que asumir las críticas, y esta tampoco es que peque especialmente de hiriente. Lo que más le ha jodido han sido las vertidas hacia la nueva vertiente ideológica de las letras, pero su defensa se ha acercado a la rabieta, juzgando al redactor con un discurso digno de un cliché hippie de los sesenta. Esta actitud ha manchado ligeramente un lanzamiento que ya venía algo perjudicado por los mentados adelantos.

Sin embargo también prevalece la idea de que el pop en su vertiente más pura debe alejarse de cualquier discurso profundo o ideología. Ese «purposeful pop» del que hablaba Katy Perry el pasado año, que en realidad no lo fue tanto al final, pero que no le funcionó tan bien como su fórmula de antaño. Y parece que lo que rodea el nuevo disco del trío, mucho más político, les va a pasar factura. Y aunque Lauren se haya excedido con esta reacción, muchos ya la estaban cogiendo tirria por expresarse sin pelos en la lengua. Aparte de por el hecho de ser mujer, con todo el machismo que implica, también por considerarla como una chica pop. Pero es que ella nunca fue la típica chica pop, pero sigue siendo una chica pop, a su manera, sin tener que responder ante nadie.

El error ha sido de la percepción de muchos, incluso por mi parte, que en muchas ocasiones he opinado y plasmado que casi mejor que el pop se limite a divertir y poco más. La cosa es que, escuchando este último disco, resulta evidente que siguen apostando por el pop adictivo y bien elaborado (aunque algunas melodías no resultan tan inspiradas como antes), y por supuesto divertido. Y sí, han incluido un matiz político, y sí, Lauren va a seguir diciendo lo que le venga en gana. Porque el pop puede tener contenido (aunque a veces peque de simplista) y seguir divirtiendo. Y sobre todo no perder su mojo. Incluso aunque en algún lapsus se acerquen a Imagine Dragons.

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