Crónica del Electrónica en Abril 2019, Madrid

Del 4 al 7 de abril se celebró la decimoséptima edición del Electrónica en Abril en La Casa Encendida de Madrid. Un querido y respetado festival para aquellos que lo van descubriendo cada año gracias al espectacular cartel que siempre presentan: propuestas avanzadas y actuales, con una visión puesta en el buen gusto y en lo más granado del underground mundial. Experimentación, fluxus, reguetón, ambient, footwork, dubstep de influencias africanas… un collage de estilos que afortunadamente se van abriendo paso entre los estilos más clásicos. Idea de gran festival, en pequeño formato.

El viernes en la sesión de tarde los invitados fueron los japoneses group A. Son los nuevos niños mimados de la electrónica oscura, heredera de la escena dark y minimal wave de los 70 y 80 pero llevada a nuestros días. Su directo fue un atronador, oscuro y con un siniestro reguero de drones, momentos industrial y voces hipermodificadas en directo que hacía más agobiante y intensa su propuesta escénica. En esta ocasión Tommi Tokyo era la única presente en el escenario, tras un velo en el que se proyectaban imágenes en blanco y negro de origen fotográfico a cargo de Dead Slow Ahead. Todo un apocalíptico concierto de drones y voz, interesante por su revisitación del avangarde de la época.

Seguidamente, nos levantamos de la butaca para acudir al escenario para presenciar los conciertos en el patio, con un punto más de pista de baile. Comenzaron los americanos Sinjin Hawke y Zora Jones, ambos residentes en Barcelona y fundadores del sello Fractal Fantasy. Al comenzar el concierto, todos mirábamos embobados a los visuales: eran ellos mismos proyectados a través de un sistema de reconocimiento corporal en tiempo real que los hacían aparecer como pasados por un filtro diseñado por un programa informático, mientras bailaban o cantaban; además, el diseño de ellos mismos podía ser cambiado y manipulado en directo. Así, Zora Jones bailaba y reproducía sus brazos como en un baile bollywood en canciones como God de su último Vicious Circles. Su propuesta es la quintaesencia del millenialismo, o sea, la de traer a escena propuestas musicales de última generación, como el footwork, dubstep o trap, que ya consideran dignas de ser retorcidas, remezcladas y maltratadas para crear un popurrí muy resultón.

Inmediatamente después, se subía al escenario el torbellino de Okzharp & Manthe Ribane, sobre todo de ella Manthe Ribane, quien no dudó en subirse con un plumas largo blanco con un tocado de globos, de los que iba despojándose poco a poco hasta mostrar su falda deportiva de Nike con estampado que recordaba a una tela africana. Y no es de extrañar, ya que la sudafricana es estilista y performer. Ambos son la nueva ola del sello Hyperdub, con permiso de Burial, pero es que el dubstep también evoluciona, y si es a través de los ritmos como el kwaito y gqom (versión africana del footwoork), el resultado es una explosión de ritmos urbanos y de club altamente contagiosa. El directo, sin duda, no habría sido nada sin la actuación de Manthe, quien no paraba de bailar y moverse por todo el escenario animando al publico y engrandeciendo los temas. El futuro ya está aquí, y África tiene buena culpa de ello.

Kelman Duran tuvo que cortar su dj set por problemas técnicos al principio pero tras unos 5 minutos reaunudó el set para el júbilo de los presentes, entre los que se encontraba Ms Mina. El puertorriqueño, con una puesta en escena sobria, nos presentó su arriesgada y atrayente propuesta de reguetón pero con su particular estilo, mezclando ambient, voces aceleradas y tratadas, creando un ambiente particular de misterio y reguetón horizontal con otros de verdadera apuesta por el movimiento de nalga desenfrenado. Presentó temas de su reciente 13th Month, como QUEEN IVYSS o Lento y su hit 6 de la mañana, aunque lo cortó pronto para seguir mezclando sus propios temas, para decepción de muchos. Su propuesta para el final de la jornada parecía que iba a ser de júbilo reguetonero, pero cierto es que sus discos no se centran tanto en la parte fiestera como en la de una versión del reguetón más oscuro y reflexivo. Aún así, el público supo apreciar de que su propuesta era más experimental y conceptual en muchos momentos.

El sábado, Lee Gamble presentó la propuesta que todos esperábamos: electrónica avanzada, postdubstep rabioso, perfección rítmica de ordenador y unos visuales abstractos. Pero lo que todos estábamos esperando, y que fue la estrella indiscutible del festival fue Angel-Ho. La sudafricana es la abanderada del movimiento transexual en su país, además se codea con lo mejor de la experimentación musical como Gaika y Chino Amobi. Al igual que Mykki Blanco, su imagen se aparta del estereotipo y muestra una actitud más combativa sobre la causa. Sus letras sobre la defensa de la libertad sexual y la mezcla con  ritmos bailables de carácter experimental la colocan entre una de las propuestas que te dan en toda la cara. Además de su faceta más urbana, también tiene tiempo de hacerle guiños a Missy Elliott, Lady Gaga o Beyoncé, a juzgar por las buenas dosis de baile con coreografía que se marcó junto a sus dos bailarines. Una auténtica explosión de júbilo que Angel Antonio Valerio agradecía al público.

El final de fiesta era para Clara!, una dj gallega residente en Bruselas, poco conocida pero que ha salido a la palestra gracias a su colaboración con la artista belga Maoupa Mazzocchetti y sobre todo por ser las creadora de las mixtapes Reguetoneras. Muchos no entendían que el reguetón fuera una propuesta no electrónica y rara para este festival aunque sucumbieron al movimiento de nalga a los pocos minutos. Pudimos escuchar lo nuevo de Rosalía con J Balvin, Sinjin Hawke, Jenn Morel y hasta a Lapili, mezclados con sus propios temas junto a Maoupa y con otros clásicos del reguetón o la cumbia. Por fin este estilo musical ha sido llevado al club con dignidad y puede ser, si ya no lo es, un digno adversario de los estilos más clásicos como el house o el techno. Los del reguetón comercial ni los clubers nunca entenderán como se puede dignificar un estilo tan denostado en el pasado y cómo ha evolucionado tanto para ocupar un lugar en el club como en las fiestas del pueblo. Esto es lo que consiguió Clara!, unirnos a todos para bailar y pasarlo bien, con reguetón cumbia y otros estilos latinos más de manual y con otros temas con más sentido del humor y contemporáneo como Lapili. Y claro, el 90% de los temas estaban cantados por chicas.

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