Top 10: las mejores canciones de CHVRCHES
CHVRCHES sigue siendo la banda de synth/electro pop más querida y exitosa de la actualidad (lo que tampoco es decir tanto, básicamente porque en la música comercial este género prácticamente no existe). Durante sus 7 años de carrera han publicado decenas de canciones que suponen el epítome de lo que debería ser el pop moderno, y posiblemente en los ochenta hubieran reventado las listas. Sin embargo, aunque no gocen de ese éxito, en los festivales son un imprescindible y siempre hay llenazo. Como posiblemente sucederá en Paráiso 2019 con su única actuación en nuestro país durante este año. Por ello, para ir caldeando el ambiente, ya que solo queda un mesecito, aquí tenéis un apetitoso top.
A Paráiso 2019, además de a CHVRCHES, también acudirán Charlotte Gainsburg, John Talabot, Cerrone, Rhye, Laurent Garnier, Mount Kimbie y muchos más. El festival se celebra el 14 y 15 de junio en el campus de la UCM de Madrid. Más información y venta de entradas, aquí.
10. Grafitti (Love Is Dead, 2018)
Su último disco, a pesar de ciertas críticas, estaba más que bien. Palidece respecto a los anteriores, sí, pero eso no quiere decir que no encontrásemos buenas canciones como la que abría el disco y que menos mal que terminó siendo single. Un medio tiempo poderoso al más puro estilo CHVRCHES (posiblemente se trata de su canción más 100% ellos del disco) en el que se rememora un amor que, aunque ya disuelto, se recuerda con cariño. Por ello ese tono tan luminoso y hasta cándido.
9. Recover (The Bones of What You Believe, 2013)
Al recuperarse de una infidelidad Lauren se pregunta sí hay futuro para la relación o si lo mejor será que cada uno tome un camino distinto. Un tema universal para una canción muchas veces comparada con The mother we share. Y es verdad que se parecen (además salió una detrás de la otra), pero a favor de esta hay que decir que su doble estribillo resulta irresistible y marca la diferencia. Quizás haya envejecido algo peor que la otra, pero no cabe duda de que no debería faltar en su setlist.
8. ZVVL (Recover EP, 2013)
Una canción bastante olvidada por la banda; y es que nunca la han recuperado en directo y para su debut tampoco pasó el corte (por otra parte comprensible, ya que este contaba con bastantes temas previos). Aunque Lauren suele llevar la batuta vocal, Iain, sin ser tan virtuoso, sí que es capaz de transmitir más registros que ella, aportando tensión a un tema quizás menos evidente como los están acostumbrados a regalar (normalmente los temas cantados por él son menos melódicos en el sentido más pop). Y quizás por ello también sobresale.
7. Under the tide (The Bones of What You Believe, 2013)
Como ya he dicho, Iain no tendrá un vozarrón (en directo se resiente bastante), pero sin duda sabe transmitir. Y es una pena que cada vez cante menos en los discos. Eso sí, que jamás vuelva a hacerlo como en la versión single de este tema, que Dios sabe por qué cambió la original, que era una delicia. Porque además estamos ante la mejor canción interpretada por él, y que posiblemente encantaría a M83. Incluso a pesar de un estribillo de lo más simple, se trata de una sugerente pieza sobre un amigo de Lauren que murió (por ello quizás no fue capaz de interpretarla).
6. Leave a trace (Every Open Eye, 2015)
La banda volvió con su segundo disco liderado por una canción ciertamente continuista, pero, como era de esperar, 100% efectiva también. Una letra de desamor en la cual los protagonistas llegan a un punto muerto en el que nada que digan o hagan podrán cambiar una relación sentenciada. Además hace gala de un estribillo que son tres, o quizás dos, porque lo que de primeras creías que era el estribillo, al final parece el puente. O puede que no. Da igual, es un temazo de tomo y lomo.
5. Clearest blue (Every Open Eye, 2015)
Parecía lo contrario, pero a la hora de la verdad el trío no era el más bailable del mundo. La producción creaba esa sensación, pero los BPMs no daban para tanto (recuerdo que la primera vez que les disfruté en directo solo boté con el final de Tether). Con su segundo disco las cosas cambiaron ligeramente, especialmente con este corte y su apoteósico in crescendo con el que desmelenarse (a pesar de su parecido con el rif de Just can’t get enough). Hasta tiene el ritmo perfecto para una sesión de running, como Nike alentó en un spot.
4. Tether (The Bones of What You Believe, 2013)
Es verdad que comienza algo tibia, pero sirve para asentar el mood emocional, donde Lauren se despide para siempre de alguien. Sin embargo la canción termina estallando en un enardecedor loop que convierte la canción en un banger, pero manteniendo el drama hasta el final, con el constantemente repetido «me siento incapaz de ver el final». Pero si lo que te interesa es darlo todo en la pista, la remezcla de Eric Pridz toma el último tramo y lo explota con maestría durante todo el minutado.
3. Science/Visions (The Bones of What You Believe, 2013)
La primera canción más claramente dance de su discografía (aunque tampoco excesivamente bailable) podría situarse a nivel lírico entre un viaje de LSD o el choque entre ciencia y religión. Son cuatro minutos conformados por un tornado de sintetizadores, como si Moroder se hubiese tomado ocho cafes y se gubiese dedicado después a aporrear todos los cacharritos de su estudio. Y Lauren además se erige casi como una predicadora con la que te tienes que arrodillar ante ella sí o sí y abrazar su fe. Amén.
2. The mother we share (The Bones of What You Believe, 2013)
Su mayor hit de momento (si no contamos su reciente y cuestionada colaboración junto a Marshmello), de primeras parece que la canción trata claramente sobre dramas familiares varios, pero, según Lauren, no tiene por qué y está abierta a diferentes interpretaciones (¿la madre Tierra? ¿un rollito al estilo Cersei y Jaime?). Obviando la temática, se trata de la canción que realmente remarcó su propia seña de identidad synth, y posiblemente siga contando el mejor estribillo de su carrera.
1. Lies (The Bones of What You Believe, 2013)
Fue su primer single ever, y gracias a Dios lo recuperaron para su debut, refinando la producción, pero manteniendo esa adictiva mezcla entre tragedia y agresividad (en incluso con el disco ya publicado, le regalaron un vídeo). La abrasadora producción ya sería suficiente para convertirla en todo un pepinazo, pero el tratamiento melódico también sobresale, eso sí, sin eclipsar el sentimiento de la canción. Aún recuerdo la primera vez que la escuché y pensé «van a ser grandes». No me equivoqué.