Charli XCX en La Riviera, Madrid: modernidad pop en estado puro
Tras la apoteosis pop en su vertiente más petarda con Marina el lunes, el miércoles le tocaba a su antigua amiga Charli XCX. Apareciendo media hora tarde, el escenario compartía con el del directo de Primavera Sound uno de los cubos, que esta vez estaba situado en el medio, y a los lados diferentes luces en forma de gradas, que podrían provocar epilepsia a más de uno. Como en el festival, ella era la única persona sobre el escenario (por supuesto, el sonido es 100% pregrabado). Y no será por presencia y garra, que le sobran, pero quizás se echó en falta cierta presencia humana, ya que el ambiente resultaba algo desangelado por momentos. No entre el público, que se entregaba al 100%.
El único momento en que Charli se vio acompañada fue en Shake it por diferentes artistas LGTB de Madrid, PUTOCHINOMARICÓN entre ellos, especificando que, en cada ciudad que visitaba, se ponía en contacto con la escena local. Un puntazo que reafirma su compromiso por el colectivo, por el que, como reconoció, se siente muy unida. Todo un fiestón que, a pesar de la ausencia del factor humano, se extendió a la mayoría del concierto, salvo en los baladones, que en este caso se beneficiaban de la soledad de la inglesa sobre el escenario. Una preciosidad especialmente I don’t wanna know, de pelos de punta, aunque Cross you out y Official tampoco se quedaron lejos. El resto de temas fueron de su vertiente más movidita, que para eso es una reina alt-pop, desplegando, por cierto, absolutamente todo su último disco.
Antes del bis, solo Vroom Vroom se pudo hacer un hueco entre la novedad, y quizás la inclusión de otros temas antiguos podría haber aportado cierta variedad. Ya no se espera que suenen de sus dos primeros discos, pero, como en el Primavera Sound, sí de Pop 2 y todo lo que ha venido después hasta su reciente Charli. Pero bueno, no será por buenas canciones en este álbum. En el bis sonaron Unlock it, I love it (lo que me sigue sorprendiendo), Boys y de cierre 1999, que aunque forme parte de su último disco, está ahí un poco de pegote, ya que su inclusión sobre todo se justifica por tratarse de su último gran éxito. Sin embargo en directo ganó enteros y supuso un gran fin de fiesta, la guinda del pastel de una noche que simboliza como pocas la modernidad pop. Como maravillosa anécdota, que Blame it on your love gozase también de trazos de la original Track 10 fue para echarse a llorar de emoción (y es que es una de nuestras canciones de la década).
Antes pudimos darlo todo con la sesión chunda chunda al estilo PC Music de Danny L Harle, que convertía canciones, tanto suyas (Supernatural, por ejemplo), como ajenas (Gone de Charli) en bakaladas con voz de Alvin y las ardillas. Divertido por momentos, a veces algo machacón en otros, pero ideal como preludio a un concierto de esta artista.