Los 70 y 80 vuelven al mainstream gracias a Dua Lipa, The Weeknd y Doja Cat: cronología de un éxito ansiado por muchos
El pop, un concepto más que un género en sí mismo, ha ido absorbiendo de otros estilos y tendencias, generalmente más undeground, durante toda su historia (hablamos del pop comercial, claro). Con la llegada nuevo milenio, posaron sus miradas en épocas pasadas, que en realidad eran relativamente recientes, por lo que se podría decir que se trataba más de una evolución de algo que ya estaba candente, pero no había llegado a explotar. Así sucedió con el boom del dance de Guetta y coetáneos y en la moda, en la que aún estamos inmersos (y que posiblemente haya venido para quedarse), del reguetón. El pop de comienzos de siglo además se empotró contra el r’n’b de los 90, naciendo un híbrido denominado como pop’n’b.
Sin embargo casi nadie echaba la vista atrás hacia décadas más pasadas. En el ámbito comercial, porque en el mundillo indie, alternativo o llámalo equis los 80 y en menor medida los 70 (que fueron más durante los siguientes años) pegaron fuerte durante los 2000, y hasta cierto punto tampoco fueron flor de un día y se asentaron. El mainstream siguió con los estilos ya mencionados más alguno más como el pop tropical (que posiblemente fue la tendencia más genuina), pero parecía que no estaba por la labor de rememorar un pasado tan remoto de manera tan evidente, solo con ocasionales chispazos. Por una parte se podría aplaudir la decisión por no tirarse a la piscina del reciclaje más obvio. Por otra otra el panorama comercial desde el nacimiento de la música pop hasta los 2000 generalmente resultaba más rico, variado y sobre todo menos simplista.
Se me puede echar en cara cierta actitud de pollaviejismo, pero es una verdad como un templo: las estructuras melódicas se antojaban mucho más complejas respecto a la tendencia de los últimos tiempos, donde hay estribillos que literalmente pueden triunfar con solo tres notas. También la producción en los 70 y especialmente en los 80 destacaba por su sofisticación, y a nada que se actualice ligeramente, puede surgir de ahí todo un hit. Como nota aclaratoria, a los 60 los obviamos porque, sinceramente, sería muy difícil reinventar su sonido sin que oliese a naftalina (salvo que seas Rihanna, que está por encima del bien y del mal, y lo petes con Love in the brain). Volviendo al asunto, a pesar de estas cualidades y de que el indie ya andaba con ello, los grandes nombres de la industria se resistían a ello, quizás porque todo tenía que desprender un aroma radicalmente juvenil, y con cualquier mirada demasiado evidente hacia el pasado podrían acusarles de carcas.
De forma inesperada, de unos meses a esta parte, algo está cambiando. The Weeknd publicó dos singles, Heartless y Blinding lights, promocionando de manera mucho más evidente el primero, de estilo trap. Este fue número uno en Estados Unidos, mientras que el segundo se quedó a medio gas. El resto del mundo, eso sí, miró hacia otro lado respecto a ambos temas. Sin embargo, con el paso de las semanas las tornas cambiaron y Heartless bajaba en escuchas y listas y Blinding lights, que no se cortaba a la hora de rememorar el synth pop de los 80, iba escalando puestos, y, lo más importante, lo hacia más allá de las fronteras norteamericanas. Al final se ha convertido en el hit anglosajón del año y la canción trap ha quedado un tanto en el olvido. Y lo mejor es que el disco que adelantaba cuenta con otros exponentes del estilo, como Save your tears, Scared to live o In your eyes, este último elegido como nuevo single y que, desde que vio la luz, es el más escuchado de After Hours después del consabido número uno.
Sin embargo poco antes de Abel, Dua Lipa en otoño estrenó Don’t start now, un tema de clara inspiración disco, muy setentero. De primeras no le fue mal por el efecto arrastre del éxito previo de la inglesa, y obviamente no se podía considerar un fracaso, pero tampoco se anticipaba un éxito similar al de previos singles. No obstante, y para sorpresa de todos, el buen recibimiento se ha mantenido con el paso de los meses, incluso enterrando de primeras las posibilidades del siguiente single, Physical. Pero, y de nuevo un resurgimiento, parece que este tema, esta vez más 80 y synthwave, también está sobreviviendo la mar de bien (aunque dudo que alcance los números de Don’t start now). Y todo Future Nostalgia se regodea en un brillante sonido retro (en realidad es más «nostalgia» que «future»), especialmente de los 70, como el nuevo single, Break my heart, de nuevo disco, pero con guiño ochentero gracias al sample de INXS.
Para Dua Lipa sorprende que echaran toda la carne revival en el asador desde el minuto uno, ya que con The Weeknd se mostraron algo más tímidos. Así ha sucedido también con Say So de Doja Cat, del álbum Hot Pink, del que había publicado antes un porrón de singles. Y en este caso, a diferencia de los largos de Dua y Abel, la canción es una rara avis entre tanto urban. Y con todo es la que más está despuntando: un irresistible número de disco-funk donde la artista por una vez no intenta copiar a Nicki Minaj (bueno, un poco sí en la parte rapeada). E incluso una figura tan local como ella está traspasando las fronteras yanquis y llegando a mercados complicados.
Volviendo a los dos primeros casos, lo mejor de todo es que ambos álbumes están recibiendo críticas excepcionales y que este revival no se ha quedado en un par de singles (como cuando una década atrás los artistas negros se pasaban supuestamente al dance y, salvo los singles, los discos estaban trufados de r’n’b). Y lo que también tienen en común todos estos hits es que han resurgido en 2020 tras haber sido publicados a finales de 2019, y que todos invitan a la pista de baile. ¿Quizás haya tenido que ver un año que ya incluso antes de la crisis del coronavirus había comenzado movidito? Es cierto que los 70 y en parte los 80 son décadas que se asocian principalmente a la música de baile y, aunque no podamos bailar fuera de casa, ahora mismo necesitamos ritmos más ligeros, no tan densos como el trap y que sean moviditos (y más si se ansía una alternativa fiestera al reguetón). Por ello puede que se trate de una moda que no haya venido para quedarse, o que solo impregne a algunas futuras canciones, pero mientras continúe, aquí estaremos con los brazos abiertos.