En el punto de mira: Gracie Abrams, talento propio más allá del empujón de Lorde
Gracie Abrams es hija de quién piensas. Sí, el director de cine J.J. Abrams es su progenitor, el considerado como el sucesor natural de Spielberg (que por cierto también tiene una hija metida a música indie). Y es probable que este factor influyese a que pudiese pasarle la maqueta a Lorde, que se interesó en su música y de la que Abrams era fan desde sus incios, que además le puso en contacto con Joel Little, productor del debut de la neozelandesa. Sin embargo aquí hay talento más allá de los contactos.
Sus dos primeros singles, Mean it y Stay, son dos baladas que optan por un sonido bastante sencillo, con el piano de base en la primera, y la guitarra acústica en la segunda. Es verdad que en Mean it hay un ligero in crescendo, pero ambas canciones destacan por la sobriedad. En Stay además sí que encontreamos a Lorde como inspiración más evidente en la manera de interpretar, especialmente en la segunda mitad. Pero no, el parecido, gracias a Dios, no es para echarse las manos a la cabeza.
Con Little unió fuerzas en 21, un tema mucho más up tempo y que recuerda al sophisti-pop de Maggie Rogers. Y hace solo un par de semana estrenó I miss you, I’m sorry, que por supuesto cuenta con un vídeo en cuarentena, como mandan los cánones actuales, y de nuevo presenta una balada, pero esta vez mucho más barroca en su producción. Dos facetas que no sabemos si irá intercalando o si se trata de su nuevo camino en el que no hay vuelta atrás. Sería genial que optará por ambas, pero habrá que espera a los próximos meses, donde su estrella posiblemente seguirá creciendo.