La Sofia Coppola más melómana: 10 momentos musicales inolvidables
Estos días se ha estrenado el trailer de la próxima película de Sofia Coppola, On the Rocks, de nuevo con Bill Murray en el reparto y, también de nuevo, con Phoenix en la banda sonora. El grupo de su marido ha publicado para ella la excelente Identical, que posiblemente sonará en algún momento clave de la película. Y es que ellos, aunque sea por enchufe, han formado parte de varias escenas de su filmografía, pero por supuesto no han sido los únicos. Aquí, 10 ejemplos del amor de la hija de Francis hacia la música.
Air – Alone in Kyoto (Lost in Translation, 2003)
El dúo francés es otro nombre imprescindible de su filmografía (firmaron la banda sonora de Las vírgenes suicidas), y en su segunda película no podía faltar. El título del tema de Jean-Benoît y Nicolas ilustra literalmente la visita de Scarlett a Kioto, en la que contempla desde la lejanía la cultura japonesa más tradicional. Estamos ante la música perfecta para un viaje en soledad: sosegada, envolvente e ideal para reflexionar.
Gwen Stefani – Cool (Somewhere, 2010)
La directora no suele ser demasiado pop en su selección de temas, y casi siempre tira más por lo indie y alternativo, pero hay excepciones. Una canción tan adorable y hasta azucarada acompaña a un padre que comienza a valorar a su hija, a la que nunca ha tenido demasiado en cuenta. El concepto es un tanto cliché, pero Coppola sabe sortear la vergüenza ajena, en parte gracias al clásico de Gwen.
Azealia Banks – 212 (The Bling Ring, 2013)
Incluso las escenas donde la música está supuestamente en un segundo plano, que no suele ser en off, más bien formando parte del ambiente, también tienen su chicha. Al igual que sucede en la discoteca de Lost in Translation con The Chemical Brothers, en The Bling Ring Azealia Banks reafirma la esencia del momento, en este caso apuntalando el zeitgeist adolescente con el tema de moda mientras bailan, beben y se hacen selfies.
The Cure – Plainsong / New Order – Ceremony (Maria Antonieta, 2006)
No es que haya trampa, es que sencillamente se enlazan ambas canciones con maestría para ponernos los pelos de punta. La primera acompaña a la coronación y la segunda a la celebración de la misma. Lo que en otro contexto nos resultaría totalmente anacrónico, superficial, ostentoso y hasta insultante en la vida real, Coppola y su elección musical lo transforma en una escena más grande que la vida. Emocionante es poco.
The Jesus and Mary Chain – Just like honey (Lost in Translation, 2003)
Ella será muy indie, pero no siempre se rompe la cabeza a la hora de elegir canciones y en varias ocasiones va directa a los clásicos. Este es uno de los casos más evidentes, decantándose por la canción más popular de los escoceses. Sin embargo hay que reconocer que funciona a las mil maravillas, dando alas a una escena ya de por sí emotiva hasta la lágrimilla. Una de las mejores y más recordadas despedidas de la historia del cine, en parte gracias a este atemporal tema.
Scarlett Johansson – Brass in pocket / Bill Murray – More than this (Lost in Translation, 2003)
¿Japón y karaoke? Un cliché más para su colección que en manos de otro podría haber terminado en desastre. Por suerte a Sofia talento de sobra, aportando naturalidad y encanto a un momento donde Scarlett brilla sobremanera, incluso cantando ciertamente mal (o quizás justo por eso nos compra). Un extraño amor se fragua entre The Pretenders y Roxy Music en la mejor escena de karaoke jamás rodada (bueno, empatada con la de La boda de mi mejor amigo).
Air – Playground love (Las Vírgenes Suicidas, 1999)
De nuevo Air, esta vez con el tema principal de la banda sonora del debut en el cine de la directora. La canción plasma la pasión adolescente aderezada con cierta inocencia inherente de aquellos años. El personaje de Dunst despierta en medio de un campo de beisbol, tras haber perdido la virginidad con un tío que la ha dejado tirada y después vuelve a casa con la amargura de lo que debería haber sido un momento para el recuerdo. El contraste entre la dulzura y delicadeza del tema con la desazón de la escena deja k.o.
The Strokes – What ever happened (Maria Antonieta, 2006)
Quizás duela un poco incluir esta canción y no la icónica I want candy, con un montaje de lo más videoclipero, pero esta transmite una faceta más relevante de la compleja personalidad del personaje. Ella, harta de sus obligaciones como monarca y de un marido que no quiere, escapa hasta sus aposentos para desconectar por un momento de su vida y pensar en el guardia real del que está colada. Por ello el «I wanna be forgotten, and I don’t want to be reminded» le viene al pelo. A destacar los andares de Kirsten Dunst al ritmo de la guitarra.
Phoenix – Love like a sunset II (Somewhere, 2010)
Obviamente no podía faltar una mención a la banda de su marido, aunque en este caso con un tema que no es tan típicamente Phoenix. El protagonista, después de despedirse de su hija, se monta en su deportivo de lujo y conduce por el desierto californiano para frenar en un arcén, bajarse y caminar hacia Dios sabe dónde, mientras suena la primera sección, más ambient, para luego comenzar los créditos y el resto de instrumentos y la voz de Thomas Mars aparecen. ¿Críptico? Sí. ¿Muy sugerente? También.