The Weeknd en la Super Bowl: 5 pros y 5 contras
Mientras el coronavirus sigue azotando al mundo, el showbusiness yanqui no se frena, solo se actualiza y adapta. Así, estos días se ha anunciado que The Weeknd será el encargado de amenizar el famoso descanso de la Super Bowl. ¿Habrá público? Pues no tiene pinta, pero aún se puede llevar a cabo un buen espectáculo, como han demostrado las últimas entregas de premios (eso sí, si parece más una actuación en directo que un videoclip, casi que se agradece). Y también hay que apuntar que esta elección lleva consigo unos cuantos interrogantes, ya que resulta, como poco, peculiar. Aquí desgranamos lo que puede funcionar o no de esta actuación que puede ser histórica.
PROS
La canción del año es suya
A pesar de haber sido lanzada en 2019, 2020 ha sido cuando Blinding lights lo ha reventado (y lo sigue reventando). Un pelotazo synth pop Hi-NRG que le ha convertido, todavía más, en una estrella global. Porque ya contaba con unos cuantos hits, especialmente en su país, pero todavía había gente de fuera de las fronteras yanquis que no le ponía cara o conocía su nombre.
Transgresor respecto a la fórmula Super Bowl
A pesar de que The Weeknd triunfa comercialmente como pocos, hay ciertos puntos de su estilo, como la oscuridad, la sexualidad sórdida o ciertas sonoridades ultramodernas, que se salen del estereotipo mainstream, que es el que siempre suele mandar en este evento. Por ello, es de aplaudir su elección.
Puede contar con un montón de invitados
Abel nunca se ha cortado a la hora de participar en con todo tipo de artistas (esta semana le tocará el turno a Rosalía, la pasada a Maluma), por lo que quién sabe los que se pueden pasar por ahí. ¿Daft Punk? ¿Ariana Grande? ¿Lana del Rey? Ciertos nombres son más probables que otros, pero por soñar que no sea.
Le sobra presencia y capacidad vocal e interpretativa
Otros artistas han tenido que tirar de playback en la Super Bowl, pero rezamos porque a él no le obliguen a ello. Sería una pena, porque su voz en directo es una de las más destacables del panorama comercial actual. Pero incluso aunque esta desgracia llegase a suceder, sabe comerse el escenario como pocos.
Canciones con pedigrí
Tienes bastantes éxitos en su haber, y lo mejor de todo, es que casi todos son temazos. Y aunque se asume que interpretará sus canciones más populares, quién sabe si incluirá guiños a otras más de culto. A pesar de «solo» llevar una década en el negocio, hay mucho material dónde elegir. Hagan sus apuestas.
CONTRAS
Que su carácter transgresor se quede a medio gas
Al final, lo que tenga más avant garde respecto a este evento más conservador, puede que se quede en agua de borrajas y el show termine más descafeinado de lo que sus fans querríamos. Es compresible que el sexo quede velado, pero veremos si ciertas licencias artísticas también se ven perjudicadas.
Su concepto de show puede quedarse corto
Y es que aunque a algunos les duele, generalmente el hombre hetero no es especialista en montar un show espectacular (y más si es blanco, ¿verdad Justin, Coldplay y Maroon 5?). La comunidad negra lo lleva más en la sangre, pero aún así a la propuesta de Abel, aunque muy atractiva visualmente, le falta artificio imprescindible en un evento como este. Eso sí, a su actuación en los VMA le sobró, así que puede que haya esperanza.
Demasiada balada
Su cancionero está repleto de baladas densas, que aunque contundentes, se pueden hacer cuesta arriba en un show como este. Una, bien; más, peligroso. Y no tiene tantas canciones moviditas que hayan sido un bombazo (cinco a lo sumo), por lo que, y volviendo al punto de arriba, se antoja un setlist curioso. Veremos.
Es muy popular, ¿pero tanto?
Como mencionaba antes, mucha gente no le ponía cara con sus anteriores hits. Ahora más, pero no tengo claro si es suficiente. Y además, aunque se trate de un acontecimiento estadounidense, a día de hoy el mundo entero tiene sus ojos puestos sobre él. Y sí, en su país es un rey, pero en el resto del mundo no tanto. En realidad es probable que beneficie más a Abel en términos de popularidad que a la propia Super Bowl. Bien por él.
Que le obliguen a hacer playback
Lo que se comentaba en uno de los pros: corre el peligro de que termine cantando el playback. Y no por gusto. Y es cierto que a la organización se puede evitar disgustos técnicos, ya que un show de esta magnitud no es baladí, pero sería una pena que una actuación de alguien con ese poderío se echara a perder. El mundo necesita escucharle en toda su plenitud.