Cut Copy en La Riviera, Madrid: una mirada (algo lastrada) hacia el pasado
Ir a un concierto de Cut Copy es mirar hacia tus años mozos cuando salías por los garitos indies y pinchaban la misma música una y otra vez (y de esta banda, sobre todo Lights & Music). Te encuentras a gente de la época y resurge esa morriña hacia esas noches de despiporre entre Converse, camisas a cuadros y flequillos varios. Sin embargo a veces dudas de si es mejor dejar el pasado donde está, y por momentos esa agridulce sensación hizo acto de presencia durante la hora y pico que duró el bolo.
De primeras sorprendía que solo hubiesen tres miembros sobre el escenario, porque no me sonaba que nadie se hubiese dado de baja de la banda. Según su vocalista, por problemas de salud su bajista tuvo que dejar la gira, pero que aun así decidieron salir adelante. Esa ausencia restaba algo de dinamismo al sonido en directo, optando por la vía enlatada. Sin embargo han sabido tirar hacia delante y por lo general cumplieron. Eso sí, a veces la voz de Dan se perdía ente los sintes y las bases (especialmente en la grandiosa Out There in the Ice).
Es de agradecer que, aunque obviamente no faltaron Lights and Music, Hearts on Fire, Need You Now o Take Me Over, también optaron por temas menos populares como Sun God, Let Me Show You Love o Cold Water (que por cierto, en esta le salió una horrible voz pitufina que gracias a Dios que no volvió a resurgir el resto del directo). Nostalgia, sí, y obviamente se agradece, pero también no venderse a la masa al 100% e ir siempre a lo evidente, lo que también es de aplaudir.
Sin embargo yo seguía con esa sensación rondando mi cabeza. Es como el pasado, pero no lo es, algo falta, la chispa de aquella época. Quizás no es el grupo que mejor haya envejecido; o puede que nosotros hemos envejecido y punto, ni mal ni bien, lo que pasa factura a lo hora de retomar gustos de años ha. ¿Pero que hubo momentos de emoción? Sin duda, y también de jolgorio (para mí, los más raveros). Por lo que a la pregunta de si es mejor dejar el pasado donde está, no tendría respuesta clara. Digamos que, al final, opté por dejarme llevar.